Dice que hay que establecer horarios y pide que se garantice que los niños estén en el centro
Unos 400 menores extranjeros no acompañados (menas), la mayoría de ellos de origen marroquí, deambulan día y noche por las calles de Melilla, sin que las autoridades competentes ejerzan control alguno sobre ellos, según denuncia la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).
La AUGC aseguró ayer, a través de un comunicado de prensa, que los menores, que se encuentran bajo la tutela de la Ciudad Autónoma y, por tanto, deben residir en centros de acogida, en la práctica viven en régimen abierto, sin que se controlen sus actividades y sin un horario.
Muchos de estos menores extranjeros, que acceden a la ciudad solos y sin compañía de ningún adulto, no regresan al centro de acogida porque su objetivo es subirse a los barcos que enlazan Melilla con la península como polizones y, por ello, suelen “merodear por los aledaños del puerto, añade la asociación de guardias civiles.
La AUGC afirmó que cada día los agentes del Instituto Armado detectan entre 50 y 60 menores que intentan subir de manera clandestina a los barcos, algo que, pese al esfuerzo y al estrés que supone, resulta “en vano”.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles explicó que una vez son localizados en el puerto, los agentes trasladan a los menores hasta el centro de acogida de la Purísima aunque, “la falta de medios” de la Policía Local, permite que regresen de nuevo a la zona de las escolleras para buscar, una vez más, viajar como polizones.
Para salir del centro, los menores llegan incluso a trepar por los muros de esta instalación, tal y como se podía ver en unas fotos publicadas por El Faro hace unos meses. La AUGC recuerda que la Purísima depende de la Consejería de Bienestar Social y lamenta que ni los vigilantes ni los policías locales puedan hacer algo para retener a los niños.
La AUGC reclamó a las autoridades (Fiscalía, Juzgado de Menores o Consejería de Bienestar Social) que se ponga en marcha un protocolo que regule los horarios y las entradas de estos menores en el centro de acogida.
De esta manera, la Asociación exigió que se fijen horarios de entrada y salida y que se supervisen cuestiones “básicas”, como la asistencia a clases. En definitiva, la AUGC pidió que la Ciudad ejerza la tutela de estos niños y adolescentes de una forma similar a la que podrían ejercer los padres con sus hijos.
La Asociación recordó, además, que en 2013 entró en vigor un acuerdo entre España y Marruecos que permitiría la devolución de los menores marroquíes a su país, un acuerdo que únicamente se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado, pero que no se ha puesto en práctica y que sería la solución definitiva.
En este punto, la AUGC advirtió de que mientras no se ponga en marcha este acuerdo se seguirá dando un “efecto llamada”, ya que los menores que entran en Melilla, contactan a través de internet con otros compatriotas y les animan a entrar a la ciudad.
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