La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) exige que se permita el uso de medios para el control de masas en las zonas fronterizas. Subrayó que necesitan este material para usar como escudos para repeler los productos que se arrojan contra ellos, y el material antidisturbios para contener entradas masivas como la que se produjo el pasado jueves en Ceuta, donde más de 600 personas lograron pasar a territorio español tras usar cal viva, lanzallamas caseros con esprays y bolsas con excrementos.
“Es importante frenar la llegada de migrantes al otro lado de la valla de Ceuta y Melilla, y esto se conseguirá si la labor de los guardias civiles tiene la eficacia deseada”, afirmó la entidad.
Igualmente solicita que se solucionen los problemas que afectan a las cámaras de seguridad, el aumento del número de agentes en la zona y la dotación de vehículos y material adecuados para ello.
Desde AUGC Melilla se destacó a este periódico que lo que no puede ser es que los “guardias civiles se conviertan en escudos humanos” para impedir la llegada masiva de inmigrantes por la valla. Indicó que los agentes no tienen la protección para ello ni hay suficientes guardias civiles en las fronteras de Melilla y Ceuta para evitar las entradas por la verja en este número tan elevado.
La asociación subrayó que en Melilla hay mucha menos concertina que en Ceuta. Pero resaltó que el resto de condiciones son muy similares. Resaltó que en plantilla o estamos igual que la ciudad hermana o aún tenemos menos agentes que allí. Tampoco es que en Melilla los guardias civiles tengan más recursos materiales, añadió.
“Que Dios nos pille confesados”, afirmó la entidad, en relación a si nuestra ciudad sufre un salto como el vivido en Ceuta esta semana. Aunque subrayó que la orografía del terreno ceutí es diferente al de Melilla y los inmigrantes pueden esconderse mejor a la hora de acercarse a la valla.
En este sentido, aunque se dispone de cámaras térmicas, no se llega a todas las zonas con ellas y esos espacios de sombra son conocidos por las personas que van a saltar la alambrada.
En cuanto a la violencia empleada por los inmigrantes, la AUGC mostró su solidaridad y apoyo a los guardias civiles que resultaron heridos el jueves.
Destacó que se trata de una labor tan sacrificada como anónima y por la que sufren “tanta presión”. “Su trabajo es observado con detenimiento, siendo conscientes de que no pueden fallar, pero por otro lado, han de realizar su misión sin disponer de medios materiales adecuados y con personal insuficiente para controlar la inmigración irregular”, añadió.
La asociación comentó que en Melilla también se han registrado entradas “violentas”, porque se han arrojado piedras o excrementos, así como un guardia civil fue herido en la oreja por un inmigrante que le rajó con un gancho. De ahí que insistió en que los agentes tenga materiales para protegerse y defender la frontera.
En cuanto a si es posible que nuestra ciudad pueda ser de nuevo el escenario de saltos masivos, como ya lo fue en 2005 o en 2015, la AUGC subrayó que siempre es una opción porque las mafias van derivando las rutas según vean mejor. Indicó que hay muchos factores que creen desde la entidad que están influyendo en este tema, como la nueva política de inmigración más restrictiva de Italia y el hecho de que las zonas cercanas a Ceuta también son más próximas a la península para enviar pateras. La asociación añadió que es posible que los que no consiguen viajar en unas de estas barcazas sean los protagonistas de los saltos.
Asimismo, la entidad reclamó un protocolo de actuación en la valla. Lamentó que haya una disparidad de opiniones entre los políticos sobre los rechazos en frontera y subrayó que eso lo único que genera es inseguridad a los guardias civiles. Por ello, aseveró que lo más importante es que se diseñe un protocolo para intervenir en la valla y que esté consensuado entre el Gobierno central y el resto de fuerzas políticas, así como desde la UE.
Pero la asociación reiteró que si no hay más medios, tanto personales como materiales para los guardias que custodian las fronteras, no será posible hacer bien su labor y con todas las garantías.
“Cada día decenas de guardias civiles prestan servicio en la valla fronteriza de Melilla y Ceuta con el pensamiento puesto en que no se produzcan intentos de asalto durante su jornada, pues la realidad es que es prácticamente nulo el material del que disponen para frenar una entrada masiva”, resaltó esta entidad.
Es más, subrayó que entre los guardias civiles “aumenta cada día “la sensación de abandono institucional, rabia e impotencia” al ver como los métodos utilizados por los migrantes aumentan en una escala de violencia, mientras ellos no puedan hacer nada”. En este sentido, la AUGC argumentó que el pasado jueves en Ceuta los “asaltantes” fueron más allá al usar cal viva, que fue arrojada directamente a los guardias civiles, provocando heridas de diversidad gravedad.
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