Son muchos los melillenses los afectados por la orden ministerial emitida desde el Gobierno con la que Melilla quedaba aislada: solo de trayecto en barco se vieron afectados 160 pasajeros. Todos se han visto atrapados en Málaga o Almería; algunos pudieron pernoctar en un hotel o quedarse en casas de familiares, pero otros tantos, sin estas posibilidades, tuvieron que refugiarse en las estaciones aéreas y marítimas. El Faro pudo hablar con algunos de los afectados que están en Málaga. Se encuentran a la espera de poder realizar la solicitud a Delegación del Gobierno para poder volver a casa. Sus circunstancias son muy distintas, pero hay algo en común: el anuncio del Estado de Alarma les pilló de sorpresa y fuera de Melilla.
A Fadma le cancelaron el vuelo ayer por la mañana e intentaron meterla en otro, aunque no fue posible. Así que tuvo que ir a casa de su hermano. “No quise ir al hotel”, dijo. Recalcó que se encuentra bien, y que donde se halla, Cala Del Moral, las medidas de prevención se están respetando. “No es que no queramos volver a nuestra tierra, es que no podemos”, explicó Fadma. Señaló que son muchos como ella los que no han pudieron irse en barco.
Pero Nora el Estado de Alarma pilló en Asturias junto a una amiga. Lejos de casa. Ahí comenzaron a ver cómo se cerraban comercios, cómo se quedaba la gente en casa, sin comprender qué ocurría; entonces fue cuando comenzaron a buscar formas de volver. “No teníamos ni idea, ni esperábamos que fuese a pasar lo que pasó el sábado”, expresó. Vieron que no había disponibilidad vuelos para poder hacer el retorno a casa antes del lunes, cuando tenía su billete de barco el lunes.
“Ayer (el lunes), desde Asturias llegamos al puerto de Málaga por la noche cogemos la tarjeta de embarque, empezamos a embarcar, y de repente, a las once y pico dicen que se cancela; hicieron bajar a la gente del barco”, explicó Nora. Contó que se encontraron con una mujer que acababa de hacerse un trasplante y estaba en tratamiento de diálisis, y que hasta 1:00 horas de la mañana no acudió la ambulancia a evacuarla.
Los agentes de seguridad les dijeron que era la compañía de barco la que debía hacerse cargo de ellos. “Como último recurso vino la Cruz Roja, y la única ayuda que nos da son mantas y un par de tupper de comida; habiendo niños menores y un montón de familias”, contó indignada, subrayando que había más gente en la misma situación.
El martes trataron de hablar con Delegación del Gobierno que les pedía unos requisitos para volver: que trabajen al día siguiente o tener hijos o personas dependientes a su cargo. Nora no cumple esos requisitos. Ha sido de esos trabajadores que han sufrido el ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo).
“Pero tengo una madre de los nervios, me gustaría estar en mi casa, no tengo recursos para estar aquí en Málaga 15 días, si no son 30 o más, y no se hacen cargo ni de nuestras dietas, ni de dónde dormir, ni de nada. Como ciudadanos españoles que somos ayer nos vimos como si hubiésemos llegado en patera con una manta de la Cruz Roja y con un tupper de sopa”, señaló Nora. Dijo que las condiciones meteorológicas tampoco acompañaban porque hacía frío y llovió en algún momento.
“Si nos hacen pruebas y nos dejan en cuarentena, no nos importa, el caso es que queremos estar con nuestras familias en Melilla, más que nada porque no nos podemos costear quedarnos aquí; y tampoco podemos circular por la calle”, señaló.
La odisea de Nabil y su novia comenzó el 6 de marzo cuando se viajaron a Ámsterdam. “No había muchos casos, es escuchaba algo en Italia y tal, pero lo veíamos como algo lejano; no había ni Estado de Alarma ni vuelos cancelados, nada”, aseguró. En Ámsterdam sus familias les advertían de lo que estaban viendo en las noticias: se estaban dando algunos casos de coronavirus. Es en ese momento cuando empezaron a asustarse y el sábado 14 de marzo, tras escuchar las declaraciones del presidente del Gobierno se pusieron manos a la obra para buscar de inmediato esos billetes que les devuelvan a casa. El domingo consiguieron coger el vuelo hasta Málaga, donde llegaron a las 4:00 horas . Se encontraron todas las pensiones y tiendas de alimentación cerradas.
A la mañana siguiente, el lunes 16 tenían previsto un vuelo a Melilla, y la orden ministerial entraba en vigor el 17 de marzo. “No había ninguna limitación, encima lo cancelan y me lo cambian al 17, a las 9:00 hora”, sostuvo Nabil, aseguró que está asustado. No pudieron volar este martes debido a las restricciones y está asustado.
“Yo económicamente me puedo mantener, pero hay familias que no tienen ni para pagarse una noche de hotel”, manifestó. Denuncia así, uniéndose las quejas de Nora, que Delegación del Gobierno debería encargase de la manutención de los melillenses atrapados en puertos y aeropuertos que no pueden volver a casa debido a las medidas de aislamiento al que han sometido a la ciudad para contener el virus.
“¿Que cómo me encuentro? Yo ahora mismo me encuentro en Málaga, donde no tengo ningún familiar y mi ciudad me ha dado la espalda. ¿Y ahora yo a dónde voy? ¿A Dónde me dirijo?”, expresa indignado, y se pregunta si es que “la Ciudad Autónoma no tiene presupuesto para mantener a 50 o 100 ciudadanos melillenses tirados en los puertos de Málaga y Almería”.
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