Un año más se celebra el Día de las Fuerzas Armadas, donde el Ministerio de Defensa muestra a la sociedad unas Fuerzas Armadas cada vez mejor dotadas, debido al aumento multimillonario en su presupuesto. Sin embargo, lo que no mostrará ni explicará son las condiciones retributivas y profesionales en que viven aquellos que deben utilizar dichos medios, jugándose la vida en el cumplimiento del deber.
Margarita Robles, ministra de Defensa, ha conseguido ser la política mejor valorada en las encuestas, gracias al escaparate que le ha supuesto el trabajo abnegado realizado por decenas de miles de militares que trabajan en las Fuerzas Armadas, al servicio de la ciudadanía y de los intereses de España, tanto dentro y fuera de sus fronteras.
En las calles de Oviedo desfilarán miles de hombres y mujeres, con orgullo y emoción, que verán que la ciudadanía reconoce su esfuerzo mediante aplausos y vítores, al igual que hace el gobierno y la ministra; pero muy poca de esa ciudadanía será consciente en de las precarias condiciones en que trabajan y viven estos militares y sus familias.
Los militares, únicos españoles que tienen como obligación la disposición permanente para defender a España incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario, comprueban cada día que son los servidores públicos peor retribuidos, con una peor carrera profesional y aquellos que no ven reconocida su profesión como de riesgo, a pesar de los innumerables fallecidos y heridos en acto de servicio, como se ha podido comprobar en los últimos meses.
A todo esto se debe sumar,entre otras muchas cuestiones,que la inmensa mayoría de la tropa y marinería mantiene una relación de servicios de carácter temporal, debiendo abandonar las Fuerzas Armadas a los 45 años, que sus condiciones profesionales y sociales no mejoran con el paso de los años, que la conciliación familiar hace aguas cuando se debe aplicar en las unidades o que la continua falta de personal incide negativamente en aquellos que no utilizan medidas de conciliación al ver extraordinariamente recargado su trabajo diario.
Se comprueba como se modernizan los medios materiales, pero el Gobierno y el ministerio de Defensa olvidan las necesidades de los militares y de sus familias; es más, rechazan una y otra vez las propuestas de mejora que se presentan en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados por parte de otros grupos parlamentarios.
Contra todo esto,la asociación ATME no puede permanecer pasiva y ha vuelto a levantar la voz, convocado para este día 1 de junio una concentración de militares ante el Congreso de los Diputados, para dar visibilidad a sus malas condiciones profesionales y retributivas.Esta movilización debe lograr que el gobierno y el Ministerio de Defensa se den cuenta del creciente descontento existente entre estos servidores públicos.Ya no vale seguir escondiendo la cabeza, escudándose en frases tan absurdas como que nadie se queja a la ministra en sus continuas visitas a las unidades, es hora de emprender mejoras urgentes y de calado.
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