La Inspección de Consumo inicia una campaña de control de estos productos para comprobar que se cumple la normativa de seguridad que viene dictaminada por Ley.
Con la llegada del verano hay que extremar los cuidados con algunos productos que se utilizan bien para el baño en el mar o en las piscinas, bien como juguetes. Por ello, la Consejería de Bienestar Social y Sanidad, a través del Servicio de Inspección de Consumo, ha puesto en marcha una campaña para comprobar el cumplimiento de la normativa en materia de seguridad de juguetes y materiales para el baño, cuyo consumo se intensifica en esta época estival.
Según informó ayer la Consejería a través de un comunicado de prensa, esta ‘Campaña de Control’, que se realiza sistemáticamente todos los inicios de verano, supone la revisión del etiquetado y de la seguridad de todos los artículos de ayuda a la flotación –flotadores, flotadores con asiento, burbujas, chalecos, brazaletes o manguitos, entre otros–, así como de los juguetes acuáticos o náuticos –cubos, palas, pelotas, figuras hinchables, pistolas de agua...–, para comprobar el cumplimiento de la normativa aplicable en todos ellos.
El objetivo último de esta campaña es retirar del mercado aquellos productos que incumplen la normativa y por tanto ponen en riesgo “la seguridad de los usuarios a los que van destinados, es decir los niños, por ser receptores de una especial protección por parte de la ley y de las autoridades de control”.
La campaña, según indicó la Consejería, se está llevando a cabo por el Servicio de Inspección, que entre otras cuestiones comprueba que el etiquetado esté marcado con el sello ‘CE’ obligatorio en los juguetes acuáticos, y que acredita el cumplimiento de la normativa europea de seguridad.
También, que los artículos cuenten con la documentación y trazabilidad del artículo, así como las instrucciones de uso y las advertencias y su peligrosidad.
Igualmente, el Servicio de Inspección corroborará que en el etiquetado de estos productos aparezcan determinadas frases obligatorias como “Usar en aguas donde el niño haga pie y bajo vigilancia de un adulto” o “Este artículo no evita el ahogamiento”. Del mismo modo, se debe indicar la edad a la que van destinados estos artículos, y/o el peso del niño a que va destinado, en el caso del material para la ayuda a la flotación.
Otra de las tareas que está llevando a cabo la Inspección de Consumo es la recogida de muestras reglamentarias de todos estos artículos en los diferentes comercios de la ciudad susceptibles de su comercialización, que posteriormente serán remitirlos al laboratorio del Centro de Investigación y Control de la Calidad de Instituto Nacional del Consumo en Madrid, donde serán analizados aquellos que susciten dudas tanto en su etiquetado como en su seguridad.
Sin embargo, y pese a esta campaña de control, desde la Consejería de Bienestar Social y Sanidad se hace una serie de recomendaciones a las familias que vayan a adquirir algunos de estos productos.
Entre ellas, y según se explica en la nota de prensa, que se compren estos artículos en tiendas especializadas; que se pida siempre y se guarde la factura o ticket de compra; y que se atienda al etiquetado, fijándose en que el producto esté marcado con el sello CE, así como que posee las instrucciones de uso, advertencias de peligrosidad y para qué edad está aconsejado su uso.
Por último, también recomienda que se sigan las instrucciones y advertencias, a la vez que se asegure un buen uso y se eviten riesgos.
En última instancia, la Consejería incide en que toda la información de estos productos “es obligatoria, por Ley, en idioma castellano, ya sea en el propio envase o en folleto adjunto”, amén de insistir en que todos estos artículos “no protegen del ahogamiento”.
Además, se comunica que en caso de observar algún tipo de irregularidad o recabar información adicional, el consumidor puede acudir a los órganos competentes en materia de defensa del consumidor, que en este caso sería la Dirección General de Sanidad y Consumo, cuyas dependencias se encuentran en el carretera de Alfonso XIII, y donde también se puede obtener un tríptico con toda esta información.
Educando en consumo responsable
Los Salones de Cáritas Interparroquial acogieron el pasado viernes, la última de las Jornadas formativas en Consumo, destinadas a sectores especiales, que se ha extendido a lo largo de todo el curso 2011-2012 y que ha sido desarrollada, un año más, por la Consejera de Bienestar Social y Sanidad, en colaboración con el programa de ‘Erradicación de la Pobreza’.
Uno de los objetivos prioritarios de este programa, según explicó la Consejería en una nota de prensa, es acercar la información y formación “como consumidores responsables, objetivos, críticos, justos y comprometidos con el medio ambiente” a aquellos sectores necesitados de una protección especial como son los inmigrantes, asociaciones de consumidores, amas de casa, adultos mayores o pequeñas economías domésticas, entre otros.
Así, los destinatarios de esta última jornada fueron mujeres jóvenes, amas de casa y madres de familia en programas de alfabetización y formación.
Entre los temas tratados, según explicó la Consejería fueron mantener informados a estos colectivos de “conceptos y contenidos básicos para que puedan desenvolverse en la sociedad de consumo”. Y todo ello, mediante el fomento de “principios y actitudes para una vida saludable respetando sus identidades culturales”. Así, se puso en su conocimiento los estilos de vida de la sociedad de consumo, “abogando por cambios sociales”.
La encargada de impartir esta jornada, y además responsable de los programas Formativos-Educativos en Consumo de la Dirección General de Sanidad y Consumo, María Dolores Angosto, utilizó diversos formatos como la imagen, la música y el color para transmitir conceptos sobre vivir saludablemente; las prioridades de consumo y pautas para una alimentación equilibrada, en especial para niños y adolescentes, comparando culturas alimentarias de ayer y hoy. Uno de los elementos sobre los que más incidió fue la importancia de la higiene en el hogar y en las prácticas culinarias, para evitar posibles intoxicaciones. En este sentido indicó algunas pautas sobre la manipulación de productos de limpieza y su almacenamiento separado de los alimentos.
La jornada finalizó con una reflexión sobre los estilos de vida de las sociedades consumistas, las necesidades de cambios sociales y la importancia de la familia como principal formadora de pautas de conductas perdurables a lo largo de la vida.
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