Todos destacan de él su amplia formación y experiencia en la Consejería, aunque a la sombra de Ramón Gavilán, Pérez Calabuig afronta ahora gestionar el área de Medio Ambiente.
Se define como un hombre tranquilo y con ese talante ha pasado sus primeras semanas como consejero de Medio Ambiente, atendiendo a un sinfín de ciudadanos, que desfilan cada día por su oficina. “No tengo tiempo ni de encender el ordenador”, asegura y con la humildad afirma que nunca pensó en ser consejero y que el mejor maestro que ha podido tener ha sido, sin lugar a dudas, Ramón Gavilán.
–Asume en esta legislatura una de las Consejerías más amplias de la Ciudad Autónoma, ¿qué significa para usted este reto?
–Mi formación es bastante completa porque he estado 18 años trabajando en la empresa privada y trece como funcionario. He seguido los mismos pasos que Ramón Gavilán. Entré por oposición y escalón que dejaba Ramón, escalón que yo ocupaba. Únicamente fuimos directores generales al mismo tiempo una vez que él lo era de Medio Ambiente y yo en el área de Recursos Hídricos. Una vez que él fue nombrado consejero, yo asumí la Dirección General de Medio Ambiente y la de Recursos Hídricos desapareció. Nunca pensé en ser consejero, pero el presidente Imbroda me lo propuso, lo consulté con mi familia y con mi hermada, que estamos muy unidos, y acepté. Es un reto muy diferente, porque es una constante entrada de gente pidiendo cosas, que antes no tenía que atender. En este sentido, pienso que voy a filtrar todo esto porque no todo el mundo tiene que hablar con el presidente o con el consejero para que se arregle una fuga de agua o por el cierre de un local. Considero que hay cosas más importantes que atender. No obstante, va a ser una etapa muy interesante porque el presidente de la Ciudad ha confiado en mí y vamos a ver cómo sale.
–¿Cuál ha sido el consejo que le ha dado Ramón Gavilán antes de marcharse?
–Ramón ha sido mi maestro. En estos años me he ido fijando en él. Siempre recuerdo una anécdota cuando entré de funcionario en Medio Ambiente y no tenía despacho así que me sentaba en la sala de juntas y le dije a Ramón que, cuando hacía una reunión me podía marchar, pero él me dijo: ‘Quédate porque mañana me voy y tú te quedas a cargo de todo’. Siempre he sido muy observador, pero nunca pensando en estar aquí. Sé que Ramón es muy difícil de sustituir. Su forma de ser tiene mucho aguante y yo soy más bien una persona tranquila, los nervios me los guardo hacia adentro y luego me sube la tensión, pero bueno eso viene de antes de ser consejero. Como digo, Ramón es insustituible e intentaré parececerme a él. Las bases ya están sentadas en la Consejería. Antes de irse, Ramón ya lo ha dicho prácticamente todo así que me deja una etapa en la que no voy a decir mucho. Los pilares básicos de la Consejería son los recursos hídricos, el tema de la limpieza, que quiero potenciarlo y ampliarlo, potenciar las zonas naturales y continuar con las actuaciones en infraestructuras y obras.
–Esta semana, su primer acto como consejero ha sido la primera piedra del proyecto en la frontera de Beni Enzar.
–Bueno, es un proyecto de la época de Ramón y por circunstancias de los trámites administrativos de la adjudicación, pues me ha tocado a mí poner la primera piedra, pero es un proyecto de Ramón. Tal y como dijo el presidente Imbroda, el proyecto lleva peleándose desde el año pasado por el tema de dos solares de la zona, que en el futuro también se arreglarán.
–Otro de los grandes proyectos que afronta desde la Consejería es el del cubrimiento del río de Oro, ¿en qué punto está?
–Está redactado y terminado, pero está pendiente de las posibilidades presupuestarias. Algo que espero que se recoja en los Presupuestos de la Ciudad del próximo año. El coste de la obra es de 7,3 millones de euros y con un plazo de ejecución de 18 meses, que se ejecutarán en tres fases. Es una obra que debe ejecutarse en los meses de verano y no en temporada de lluvias aunque este año ha debido de llover mucho en Marruecos y el nivel del agua en la desembocadura sube muy rápido.
–La desembocadura del río siempre ha sido una zona problemática, ¿cómo piensa darle una solución?
–Lo vamos a evitar con este proyecto. Al principio del río vamos a colocar una toma de captación para que el agua de la superficie se impulse a la estación de bombeo y de ahí a la Hípica. No obstante, tenemos pensado seguir actuando en el río hasta el puente del Tesorillo.
–¿Qué mejoras se harán en la red de abastecimiento?
–Actualmente ya estamos actuando en el barrio de El Real y ya se ha adjudicado el Industrial a la empresa Corsán y en breve comenzarán. Además, están pendientes dos actuaciones en el barrio de la Victoria con el objetivo de reducir las fugas y averías. Si conseguimos controlar esto y rebajarlo al quince por ciento, sería un éxito.
–Cambiando de tercio, ¿en qué situación se encuentra Horcas Coloradas?
–Me han llamado desde Costas y me han dicho que la playa aún no está limpia, pero que podrá utilizarse a finales de julio, con lo cual sólo se podrá aprovechar el último mes del verano, agosto, y de septiembre lo que permita el tiempo. Yo les he pedido que me den un documento para permitir el baño, al igual que me he arriesgado en la playa de la Alcazaba. En Horcas tendrán que delimitar la zona que esté permitida al baño para levantar la prohibición.
–Siguiendo la costa hacia el norte, nos encontramos con la desaladora, ¿para cuándo el cuarto módulo?
–Llevamos pidiéndolo años. En algunos momentos dijeron que no era necesario, pero el director de Fomento de la Delegación sabe que sí es necesario y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) también. Siempre me dicen que los pozos dan agua y ya no lo da porque Melilla ha crecido y, sobre todo, ha crecido el entorno de Melilla. Nador tiene ya un millón de habitantes y en los alrededores del monte Gurugú también cogen el agua de los tres acuíferos de la cuenca del río de Oro. El cuarto módulo es necesario. Nos ofrecimos a hacerlo y el Ministerio aseguró que lo iban a hacer ellos y estamos esperando. De todas formas si en esta legislatura no se hace, en la siguiente será una de las primeras actuaciones, seguro, porque no podemos depender de Marruecos.
–¿Cuál es el proyecto que más ilusión le hace?
–De todos los que he hecho me siento orgulloso, por ejemplo, del campo de golf o del principio de la obra del vertedero. Este último tengo una gran satisfacción porque se ha recuperado mucha fauna marina con lapas, mejillones y percebes, que no sé cómo han llegado ahí, pero están. Todos los proyectos tienen un valor que la gente no suele apreciar. En principio acometeremos los proyectos del programa electoral del Partido Popular y yo le daré al presidente otros. Uno de ellos es la ordenación del barrio Industrial, que lleva 25 años creciendo y las aceras y calzadas son las mismas. Cuando andas por las calles te encuentras con farolas, cuadros eléctricos en medio y en la carretera muchos coches. Por ello, haremos las aceras más anchas y ordenaremos los aparcamientos, renovaremos la iluminación y el mobiliario y habilitaremos más zonas de sombras.
–También ha dicho que quiere potenciar las zonas verdes y naturales de Melilla, ¿cómo?
–Queremos potenciar las zonas verdes y también los parques infantiles y las áreas saludables para los mayores. Queremos reservar una partida grande para que el año que viene se hagan más zonas verdes. También quiero llevar el terciario, que hoy riega el Parque Forestal y el campo de golf, hacia el Parque Hernández y el de Cándido Lobera.
–¿En qué punto está proyecto de rehabilitación del parque Lobera?
–Es otro de los proyectos estrella después del Parque Hernández. Se invertirá cuatro millones de euros y se desarrollará en varias anualidades desde las murallas antiguas hasta el cerramiento. También hay que recordar que la segunda fase del Parque Forestal se abrirá en noviembre. En septiembre lo abriremos para que se vayan trasladando los animales de la Granja Escuela y ya ultimaremos detalles de la obra con más plantas, sombras y demás remates.
–Por último, otro de los retos que me ha comentado es el tema de la limpieza, ¿qué novedades tendrá?
–El pliego termina en octubre y haremos una ampliación de seis meses para tener tiempo para adjudicar el nuevo. Está terminado técnica y económicamente, pero depende del dinero que tenga el año que viene para retocarlo o dejarlo como está. Es un proyecto muy ambicioso, que contempla mejoras tanto en personal como en recursos materiales. En el tema del personal estamos obligados a ampliar los operadores porque el 1 de enero de 2012 entra en vigor el nuevo convenio y me dice que la gente ya no tiene que trabajar los fines de semana por lo que esta ampliación sube bastante el dinero si quiero mantener la calidad del servicio los fines de semana. El tema de la maquinaria también cuesta dinero, pero se verá en función de las posibilidades económicas, pero ya me dirán hasta dónde puedo llegar. Además, también vamos a reforzar las campañas de concienciación ciudadana en el tema de la limpieza y también en el consumo del agua porque se derrocha y mucha. Luego se enfadan porque suben las facturas y la ley me obliga a cobrar todo lo que cuesta el ciclo del agua. Actualmente, este concepto nos cuesta 16 millones de euros y la recaudación del agua de la Ciudad Autónoma está en trece millones de facturación.
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