La Asociación de Personas Sordas de Melilla (Asome) estuvo ayer en la Plaza Menéndez Pelayo donde se puso una carpa con motivo del Día Internacional de las Personas Sordas. El puesto ofreció información sobre la lengua de signos y algunos folletos en el que se plasman casos de discriminación y maneras de afrontarlos.
Gran parte de la asociación estuvo presente para leer el manifiesto que reivindicó derechos básicos para las personas sordas y denunció la discriminación que sufren en numerosas ocasiones. Hayat es una chica que forma parte de Asome y leyó el escrito: “Queremos una sociedad en la que todos y todas tengamos las mismas oportunidades sin distinción y que nuestros derechos ciudadanos prevalezcan sobre el desconocimiento, la falta de voluntad o los prejuicios sobre las personas sordas”.
Mercedes es Agente de Desarrollo de la Comunidad Sorda (adecosor) de Asome. La también miembro de la asociación, aseguró que el objetivo de esta campaña es “reivindicar la lengua de signos para que sea como cualquier otro idioma”. Mercedes también habló de los marroquíes sordos que van a Melilla: “Si hablan en lengua de signos en árabe, se les puede entender, pero aquí nos comunicamos en la española. Hay una lengua internacional pero no se suele usar”.
Asome está compuesto por unas 45 personas aproximadamente, según Mercedes. Entre personas sordas e intérpretes, la asociación ofrece durante esta semana talleres y actividades para que los melillenses conozcan más de cerca a la comunidad sorda.
La asociación siempre está dispuesta a ofrecer cualquier servicio de interpretación, según aclaró Mercedes. Por ejemplo, en el acto del Día de Melilla, hubo un intérprete para que todos los presentes siguieran el discurso y romper esas “barreras de comunicación”. Además, cualquier persona interesada en aprender, puede acudir a cursos durante todo el año. “Personas de aquí e inmigrantes vienen a hacer talleres de manualidades o escritura”.
Hayat, la chica sorda que leyó el manifiesto, declaró a este periódico que a las personas oyentes “también se les debe enseñar la lengua de signos para comunicarse con las personas sordas”. La gran mayoría de melillenses oyentes no pueden mantener una conversación fluida con personas sordas, lo que supone una limitación bastante notable para la inclusión de este colectivo. “Si entre las personas sordas y los oyentes no hay comunicación, es muy difícil poder decir algo”, agregó.
Hayat reclamó que las personas sordas puedan acceder a un empleo digno y que haya medios para el “mantenimiento de ayudas técnicas en los que se respeten los derechos lingüísticos”. Asome también reclamó en el manifiesto la incorporación de este idioma en la Constitución y la Carta Europea de las Lenguas Regionales o Minoritarias.” Hayat reclamó que la forma de comunicación de los sordos tengan su cabida en las instituciones públicas como en la sanidad, la educación y los centros de trabajo.
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