La Semana Santa es una de las tradiciones más populares de nuestra cultura. En Melilla, como en el resto de poblaciones, está repleta de características que la hacen única.
Hemos querido adentrarnos en la la Hermandad de la Flagelación para conocer de primera mano cómo vive un hermano su semana más importante. Cómo son los preparativos previos, la elaboración de los capirotes y de las túnicas, el tiempo de antelación previo a la salida procesional, o algunas peculiaridades de la hermandad que nos cuenta su albacea, Chema Aguilar.
Son de fabricación propia. Los elaboran en la propia hermandad con un material de rejilla muy maleable, que les permite darle forma. Comienzan con un corte del material y le van dando la forma cónica tan característica. Después se forran con una tela especial para que no cause molestias en la cabeza de los nazarenos y encima la túnica.
Estas túnicas están compradas y confeccionadas en Melilla. Son propiedad de la cofradía que las cede a los nazarenos para la procesión.
Al aumentar el número de hermanos, sobre todo este último año, se han quedado sin túnicas para todos. Si antes formaban la hermandad un poco más 100 hermanos aproximadamente, en poco tiempo, han llegado a ser 300 hermanos. Este aumento ha sido mayor desde octubre del paso año hasta ahora. Para solucionar la falta de stock, han comprado una tela igual a la de las túnicas que ya tenían y las venden por metro a los nazarenos para que puedan confeccionar la suya propia.
Con el objetivo de ayudar a la economía local se han puesto en contacto con talleres de confección de la zona. Han encontrado cuatro costureras que les cobran por horas para su elaboración.
Al haber más hermanos y más solicitudes de participación cada vez es más largo el cortejo procesional. Este año iniciaron los preparativos previos hace tres meses. En el mes de enero han empezado a movilizar a los hermanos, explicarles cuál es su función, los plazos que hay para inscribirse en la papeleta de sitio. Esta última es el modo que tienen para reservar su hueco en la procesión sea para salir en la procesión como nazareno, mantilla o de portador. De esta manera saben cuantas velas, túnicas y capirotes van a necesitar.
Chema, el albacea de la cofradía, nos cuenta que muchas personas realizan donaciones permanentemente a lo largo del año y que estos van en aumento. Un albacea es la persona, que dentro de la junta de gobierno de una hermandad, se encarga de arreglar el altar, repartir las túnicas y que está al servicio de la cofradía en general.
Su hermandad, que atesora cinco imágenes, presume de tener gran cantidad de fieles. Entre las donaciones: puñales de procesión para las vírgenes, rosarios, pañuelos o una toca de procesión para la virgen. Gracias a las donaciones, nuestro Padre Jesús del Soberano Poder a su Entrada en Jerusalén, más conocido como Pollinica pudo estrenar su nueva túnica de procesión bordada y el Flagelado saldrá este año con un cordón nuevo. Cada año van recibiendo más donaciones a parte de la intención de incrementar el patrimonio por parte de la cofradía.
Pese a que la religión va cada vez más quedando en segundo plano, tal y como hemos podido comprobar, las donaciones a las diferentes cofradías y la intención de pertenecer a una hermandad van en aumento.
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