Los ciclistas iban camino de Nador siguiendo la ruta paralela a las vías del tren. Al denunciar los hechos en la Gendarmería del país vecino, “nadie les hizo caso”.
Dos melillenses sufrieron el pasado 4 de septiembre un intento de robo con agresión en el vecino pueblo marroquí de Beni Enzar cuando practicaban ciclismo. Según pudo saber El Faro gracias a un amigo de los afectados, los hechos se produjeron en el camino que discurre hacia Nador en paralelo a la vías del tren, un camino muy frecuentado por las decenas de aficionados a este deporte, ya que se trata de un sendero que evita el peligro de desplazarse por carretera y que se encuentra en buenas condiciones para circular en bicicleta de montaña.
Los hechos se produjeron a un kilómetro, aproximadamente, del puesto fronterizo de Beni Enzar, concretamente en una zona donde el camino en paralelo a los raíles del tren se estrecha y hay que desviarse por un poblado. En este punto, un grupo de tres personas asaltó a los dos ciclistas con el objetivo de robarles.
Tras un forcejeo que duró casi quince minutos, en los que los agresores impidieron que los afectados pudieran huir, los ciclistas consiguieron escapar a la carrera. Además, los asaltantes les lanzaron piedras con el objetivo de derribarles y robarles las bicicletas. Uno de ellos fue alcanzado por una pedrada, lo que le provocó una herida en el brazo por la que sangraba abundantemente.
Una vez cerca del puesto fronterizo de Beni Enzar, los afectados acudieron a la Gendarmería de Marruecos para denunciar lo ocurrido. No obstante, “ante la pasividad de los agentes del orden” y viendo que el herido no dejaba de sangrar, optaron por cruzar a Melilla.
“Lo tenían todo perfectamente calculado para asaltarnos, fueron muy agresivos. Si la piedra le llega a dar a mi amigo en la cabeza, no lo cuenta”, lamentaba uno de los afectados en la jornada de ayer en una popular red social.
Incidentes en el Gurugú
Los aficionados a acudir en bicicleta al país vecino los fines de semana recomiendan ir en grupos de más de cuatro personas para evitar incidentes de este tipo. No sólo la ruta de las vías del tren se ha vuelto insegura en los últimos tiempos. En un camino también muy frecuentado por los amantes de este deporte, la subida al Gurugú, bien hasta el castillo de Basbel o al Morabo, se han registrado incidentes en las últimas semanas.
En concreto, a comienzos del mes de septiembre, un ciclista de Melilla fue agredido por unos desconocidos que querían robarle su bicicleta. El afectado recibió el impacto de varias pedradas y una llegó a romperle el casco.
En vista de lo ocurrido, los que más practican el ciclismo en el país vecino han pedido que se extremen las medidas de precaución, así como evitar cruzar la frontera en solitario. Del mismo modo, los más avezados afirman que los fines de semana no suelen ocurrir incidentes, al haber multitud de ciclistas en los caminos más frecuentados. No obstante, lo más aconsejable es ser cauto y estar atento para evitar esta clase incidentes.
Una opción de ocio para decenas de melillenses.
Las limitaciones de espacio que tiene Melilla para practicar cicloturismo o ponerse a prueba en etapas de montaña provocan que la opción de cruzar la frontera hacia Marruecos se convierta en algo muy frecuente entre los amantes de este deporte.
Todos los fines de semana, independientemente de la época del año, en la carretera que se dirige hacia Beni Enzar se agrupan desde primera hora de la mañana decenas de melillenses que tienen la intención de pasar a Marruecos para darle a los pedales.
La opción de las vías del tren hacia Nador es una de las más utilizadas para dar un paseo sin demasiadas exigencias físicas, ya que el camino es prácticamente llano y el ciclista puede evitar las carreteras hasta llegar a la vecina ciudad marroquí.
La etapa del Gurugú es dura desde el desvío en el que se encara la subida, por lo que es una opción idónea para los más avezados y los que quieran poner a prueba su resistencia.
Visto lo ocurrido recientemente, los amantes de este deporte aconsejan cruzar a Marruecos en grupos con un mínimo de cuatro personas y extremar las precauciones para evitar nuevos percances.