La tensión por conseguir la victoria apareció en minutos del partido. El conjunto local pierde otra oportunidad de remontar el vuelo en la competición.
Melilla comenzó con la tensión de los últimos malos resultados y la presión por ganar traslada a la pista. Recibió un parcial de 7-0 con Flis anotando solo en el COB, perdió dos balones en la lucha por el rebote de dos jugadores melillense por mal entendimiento, casi cometió una antideportiva innecesaria por falta en cancha propia de Van Wijk cuando comenzaba la jugada de ataque y tardó tres minutos en anotar la primera canasta por mediación de Suka Umu. Pero todo cambió bajo la batuta de Pedro Rivero, la inspiración de Suka y la referencia interior en Arteaga junto con un claro paso al frente en defensa apretando líneas de pase y consiguiendo acabar con la fluidez en ataque del COB con un parcial de 2-11.
La ventaja de dos puntos de los de Alcoba fue efímera porque en la zona empezó a perder la batalla con claridad en ambos aros. A Flis se le unió Guerra primera, que estuvo acertado en su talón de Aquiles en lo que llevamos de temporada, los tiros libres y sumó seis puntos en un abrir y cerrar de ojos y al finalizar el cuarto apareció Wright para todavía hacer más grande la herida melillense. Así la desventaja al finalizar el primer cuarto fue de cuatro puntos (22-18), pero las sensaciones no eran buenas en los de Alcoba.
Recibió dos triples de salida en el segundo cuarto y un aluvión de dirección y juego del joven base Martín Rodríguez que hizo todavía más importante el poderío interior cobista para establecer una máxima diferencia de diez puntos (33-23) en la que se mantuvo mucha parte del cuarto. Esto obligó a que Suka y Rivero estuviesen en pista más minutos de los que seguramente por estado físico sería deseable, pero fue la forma junto con el acierto de Manzano, de que Melilla se metiese en el partido e impidiese que los de Gonzalo García de Vitoria pudiesen ponerles contra las cuerdas antes del descanso. Aunque tuvo que soportar minutos de inspiración en el triple del COB, con Kapelan como estilete y la mejor noticia para los de Alcoba al descanso es que solo perdía de nueve puntos (45-36), aunque dejando en clara evidencia su fragilidad defensiva durante todo el segundo cuarto.
Y no mejoró mucho tras el descanso el panorama para un Melilla que con un parcial de 0-9 parecía querer voltear el marcador y mandar en el partido porque aprovechó las debilidades locales con una buena defensa, pero fue efímero. Kapelan tenía su día en el perímetro y Wright se bastaba en la zona para que los interiores de Melilla apenas tuviesen protagonismo. Otra racha de anotación local en forma de aluvión con un juego vertiginoso y que los de Alcoba encontrasen respuestas ni soluciones bastó para que la diferencia se disparase a la máxima de trece puntos al finalizar el tercer cuarto (66-53) y más que la diferencia en sí de puntos la mayor diferencia estaba en el ritmo de juego, intensidad defensiva y sensaciones que claramente estaban a favor del COB.
Sin embargo como sucedió en el tercer cuarto, Melilla reaccionó bajo la batuta de Rivero y con otro paso adelante en defensa consiguiendo repetir el parcial del tercer acto (0-9) en los primeros cuatro minutos y se abrió un partido nuevo (66-60) con la ventaja de que además en esos últimos seis minutos, Melilla contaba con bonus a su favor. Todo se decidió en un cara o cruz en los últimos cuatro minutos (69-67) y cuando peor estaba el COB apareció el salvador Kapelan para paralizar la reacción que parecía definitiva de Melilla. Porque ahí se acabaron sus opciones de victoria. Rivero se quedó sin fuerzas al equipo de Alcoba sin ideas, sin puntos y sin recursos con Suka eliminado además por faltas personales. Un punto en los últimos cuatro minutos de partido fue el indicador de que el equipo melillense está muy lejos del nivel que se puede esperar de un candidato al ascenso.