Un individuo se enfrenta a una posible condena de tres años y nueve meses de prisión por un delito de atentado. La fiscal lo acusa de atropellar “de forma muy violenta” a un agente de la Policía Nacional y arrastrarlo unos seis metros en la frontera de Beni Enzar.
Estos hechos se llevaron ayer ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla. Tuvieron lugar el día 17 de este mes, en torno a las 12:10 horas, según se recoge en el escrito acusatorio de la Fiscalía.
El encausado negó que los hechos hubieran sucedido como relata la fiscal en su acusación. Según se defendió, no vio al agente porque había varios coches por delante de él. Tampoco se percató de que le hubieran dado el alto cuando trataba de cruzar el paso fronterizo en motocicleta.
“No es cierto que lo haya atropellado”, insistió el individuo. Según apuntó, una vez que dejó atrás al policía, éste se le enganchó, agarrando la mochila que portaba en su espalda. “Yo no tenía intención de arrollarlo”, aseguró el procesado en el juicio.
“Aceleró contra mí”
Por otro lado, el policía explicó ante la juez que observó al individuo circulando sobre la motocicleta a gran velocidad, por lo que procedió a darle el alto. “Él tuvo que verme porque yo estaba en medio del carril”, afirmó. El acusado, en vez de aminorar la marcha, aceleró violentamente. “Aceleró contra mí y no me dio tiempo a quitarme”, relató.
El policía dijo que se agarró a los brazos del encausado para evitar ser atropellado. “Me arrastró así unos seis o siete metros”, sostuvo. Luego, el acusado se escapó.
Incautación de mercancía
El agente siguió relatando que se quedó con la bandolera del hombre, en la que llevaba su documentación y su teléfono móvil. Pasados unos quince minutos del suceso, el procesado regresó a la frontera para recuperar sus pertenencias. Fue entonces cuando se procedió a su detención.
Según puso de manifiesto el policía en la vista, el individuo se dedica al comercio atípico y no quiso obedecer el alto para evitar que le incautaran la mercancía que portaba encima.
Las conclusiones
Tras las declaraciones, la fiscal solicitó el dictado de una sentencia condenatoria para el acusado por un delito de atentado. Además de pedir casi cuatro años de prisión, reclamó una multa de 540 euros por las lesiones que causó al agente en el brazo y la rodilla izquierda, así como el abono de 180 euros en concepto de responsabilidad civil.
El letrado de la defensa, por su parte, solicitó la absolución de su cliente. “Aceleró porque sabía que si lo paraban perdía la mercancía, pero su intención no era arrollar al agente”, alegó. El abogado también rogó a la magistrada que, en el caso de dictar una sentencia condenatoria, lo hiciera por un delito de lesiones y no por un atentado a la autoridad.
El acusado utilizó su derecho a la última palabra para manifestar que el policía rompió su pasaporte, su teléfono móvil y su permiso de conducir.
El caso ha quedado visto para sentencia por la juez y pendiente del dictado de una resolución.
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