“A tres euros señoras, a tres euros”. El mercadillo en la calle Margallo arranca con alrededor de unos diez puestecillos que estarán durante toda la mañana. Con la calle cortada, muchas personas han aprovechado para pasear por los puestos, curiosear e incluso encontrar gangas.
Manuel es uno de los vendedores que había esta mañana. Explica que la oferta de los chándales la tenían solo hoy, las dos piezas a tres euros. Son muchas las mujeres que se han acercado a su puesto para ver y hacer algún regalo a sus nietos.
Una de las que ha comprado chándales es Fatima. Explica que ha cogido dos para sus nietos y le han salido solo por seis euros. “Yo es la primera vez que encuentro un chándal a tres euros”, dice entre risas. Una de las prendas es grande de más, pero señala que servirá para el año que viene.
Isabel es una de las melillenses que ha ido a ojear. Tiene cinco nietos. “No es porque sea abuela, pero son todos guapísimos, tengo dos mellizos de pocos meses”. Asegura que con lo barata que está la ropa, “no merece la pena coser”.
“Vendo lencería, braguitas, sujetadores, todas las cosas de mujeres. Todo barato, para que la gente rica y pobre pueda comprar, todo el mundo”, cuenta Mariana, comerciante a la que no paran de preguntarle por los precios y las ofertas que tiene en su puesto.
Kaoutar cree que el mercadillo es una buena iniciativa porque la zona “estaba muy muerta y ahora parece que se anima un poco la cosa por aquí”. Ella ha comprado un pijama que le ha salido por ocho euros.
A Ragel también le parece bien el mercadillo, pues ve que hay “muy buen ambiente”. Cree que es adecuado que, más allá de que el mercadillo suela estar en El Real, se ponga también en una zona tan céntrica como El Rastro, pues hace que la gente se junte ahí y está mucho más cerca para las personas de esta parte de la ciudad.
Ragel, un joven melillense, ha ido para acompañar a su madre, que le gusta porque los precios son bajos y puede encontrar productos de calidad. Sin embargo, él dice que prefiere comprar en otro tipo de establecimientos.
Leila también valora como positivo que este mercadillo está más cerca que el del Sepes. Ha ido a buscar ropa para su bebé y afirma que está viendo prendas bonitas.
Salvador, uno de los comerciantes, explica que están “ahogados” y les viene bien venir a la calle Margallo, pues está junto al centro de la ciudad para probar suerte. Explica que hay mucha gente que no puede ir hasta El Real y cerca de la calle Margallo van muchas personas de paso para hacer otro tipo de trámites, como el banco.
Por su lado, Paqui dice que la mañana “va regular” y critica que la Ciudad Autónoma cambiase el criterio de elección cuando estaba todo el proceso realizado. Asegura que se ha enterado esta misma mañana de que tenía que ir a poner el puestecillo. Añade que traer el mercadillo al centro es una petición de un grupo de comerciantes desde hace tiempo.
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