Pasear por algunos puntos de la ciudad es realmente toda una aventura. Al menos, eso es lo que uno siente cuando aprecia una imagen como ésta. Nuestro colaborador Agustín García nos trasladó hace unos días esta fotografía de una arqueta de telefónica, situada en la calle Marqués de Motemar, que desde luego es un peligro para los viandantes y que en el caso concreto de él así fue, porque estuvo a punto de derribarlo. Gracias a que iba acompañado de un amigo el accidente no fue a más y sólo fue una torcedura.
Y no se trata de culpar a la compañía, porque evidentemente cualquiera puede levantar las asas, pero un toque de atención tampoco está de más, pues a la postre, ella es la responable.