Argelia-Marruecos, algo más que un derbi deportivo

Las selecciones de Argelia y Marruecos, tercera y cuarta de África en el ránking FIFA, juegan este sábado el partido más atractivo de los octavos de final de la Copa Árabe de fútbol, que se disputa en Catar como prueba definitiva para el mundial de 2022, en las mismas fechas y los mismos estadios.

Más allá de la rivalidad deportiva entre dos naciones vecinas, en esta ocasión se superpone el tradicional conflicto político, agudizado desde que el pasado agosto Argel anunciara la ruptura de relaciones con Rabat.

Una ruptura fruto de las tensiones que caracterizan los lazos entre las dos naciones desde el cierre de la frontera común a finales del pasado siglo y de la decisión, sobre todo, de Marruecos de normalizar sus relaciones diplomáticas con Israel a cambio del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la antigua colonia española del Sahara Occidental.

Argelia es el principal apoyo del Frente Polisario, que lucha por la autodeterminación e independencia del pueblo saharaui desde que en 1975 tropas marroquíes ocuparan un territorio que estaba bajo dominio colonial español.

La tensión se agravó el mes pasado después de que tres civiles argelinos perdieran la vida en las "zonas liberadas" del Sahara Occidental a causa de un ataque con drones del Ejército marroquí sobre un convoy de tres camiones comerciales.

Enfrentamiento en las redes

Aunque hay voces que llaman a la contención en Marruecos, la mayoría de los internautas lo consideran una continuidad de la rivalidad política entre los dos países.

El portal informativo Hespress.com publicó una viñeta que refleja un jugador marroquí marcando un gol contra Argelia, cuyo portero está vestido de los colores de la banderas argelina y saharaui, y en la pelota está escrito "Sahara marroquí".

Entre los que llaman a la calma está el director de publicación del diario Ahdath Maghrebia, Mujtar Lagziui, quien pide en su editorial de este jueves no dar al partido dimensiones que superen su naturaleza como un evento deportivo.

"Es un partido de fútbol, ni más ni menos. Sea lo que sea lo que digan los más entusiastas, será, en el mejor de los casos, una victoria (de Marruecos) para llegar a las semifinales (...) o una derrota y la vuelta a la patria para preparase para otros partidos", precisa.

Algunos de los comentaristas, como el analista marroquí Omar Cherkaui, optan por burlarse de los discursos de contención: "Es solo un partido de fútbol en el que debe reinar el espíritu deportivo, ya sea si Marruecos gana o si Argelia pierde".

Argelia, favorita

En Argel, apenas se habla de la cuestión política y la mayoría se centran en la cuestión deportiva, convencidos de que su selección no es solo favorita para ganar este sábado, si no para alzar el trofeo el 18 de diciembre.

Una convicción que viene del hecho de que Argelia es la actual campeona de África y de que ha culminado una buena primera fase, en la que solo ha empatado con Egipto, otra de las favoritas.

Es verdad que los números de Marruecos en esa primera fase son los mejores, pero también que ha afrontado un grupo mucho más accesible.

La prensa local destaca, además, que excepto por dos o tres grandes estrellas que juegan en Italia o Inglaterra, como Ryad Mehrez, Argelia afronta el torneo con el armazón de su equipo titular, mientras que Marruecos lo hace un equipo B, formado por jugadores enrolados en la liga local o en las ligas árabes y africanas, y sin sus grandes estrellas, todas ellas -como el resto- en Europa al no haber sido liberados para un torneo menor que se celebra desde 1963.

Y que en esta ocasión organiza por primera vez la FIFA como banco de pruebas para su arriesgada apuesta del mundial en invierno.