“Por aquí se respira una cierta tensión por posibles ataques”

• Melillenses explican cuál es la sensación y cómo se vive en la capital inglesa tras el atentado terrorista

Londres sufrió el pasado miércoles un atentado, atribuido al autodenominado Estado Islámico o Daesh, que acabó con la vida de 4 personas, incluido el atacante. El ataque terrorista se produjo en pleno corazón de la capital inglesa, a las puertas del Parlamento, justo cuando se cumplía un año del atentado en Bruselas.

La vulnerabilidad de una capital europea como Londres, que recibe millones de turistas al año, así como trabajadores y estudiantes de todo el mundo, ha generado una ola de inseguridad entre sus residentes. El Faro ha contactado con varios melillenses que emigraron a Londres en busca de nuevas oportunidades. Estos testimonios explican cuál es la situación actual de la metrópolis.

Se respira una cierta tensión en el ambiente,

pero no hay forma de predecir estos ataques

La llamada

Sara Ruiz de Clavijo es una melillense de 23 años que llegó hace 3 meses a Londres para mejorar su inglés, vivir nuevas experiencias y conocer una nueva cultura, ante las pocas esperanzas de trabajar como profesora de infantil en España. Actualmente trabaja como niñera y, aunque espera alargar un año más su estancia, quiere regresar a Melilla en cuanto termine. Sara estaba paseando a la niña a la que cuida cuando recibió una llamada telefónica de su hermana, quien quería comprobar que estaba bien. Fue entonces cuando se enteró de lo sucedido y decidió irse a casa para estar más segura en caso de otros ataques.

Sara asegura que desde entonces no ha vuelto a pasar por el centro de la ciudad, donde hay más seguridad, “aunque en mi zona todo sigue igual”. No se atreve a plantear una solución a largo plazo, pero considera que para evitar estos ataques habría que “mejorar la educación desde las escuelas infantiles”, para que “tengan muy afianzados los valores, primando el respeto por los demás”.

Otro melillense expatriado de 30 años es Karim Leyton, quien se mudó a Londres al terminar sus estudios en Granada. Aprovechando que su hermano vivía en la capital inglesa, no dudó en volar hacia allí, donde trabaja en un casino. Justo al empezar su jornada recibió una llamada de un compañero de trabajo que le advertía “trata de evitar el centro, el transporte está fatal, ha habido un atentado”. Karim asegura que “lo primero que uno siente es preocupación y un interés en conocer la magnitud de los hechos” a pesar del “escepticismo de las primeras informaciones”.

Karim no se vio en peligro, ya que “por aquí se respira una cierta tensión respecto a posibles ataques”, y lamenta que no pueda haber seguridad “frente a ataques aleatorios de esta índole”.

Preguntado por una posible solución, comenta que es “un problema multidisciplinar” en el que “la comunidad musulmana debería estar más integrada para la persecución de estos actos, pero más aún en la mediación y desradicalización de ciertos individuos. Me sorprenden y entristecen ciertos silencios”.

Alba Valverde se enteró del atentado del mismo modo. “Estaba dando clases en el colegio en el que trabajo y me encontré varias llamadas perdidas y decenas de mensajes de amigos”. Esta melillense de 26 años lleva cinco en Londres para aprender inglés a la vez que trabaja.

Asegura que sintió “miedo, enfado y tristeza” y añade que “en una ciudad como Londres nunca sabes con certeza si puedes estar en peligro o no. Es tan simple como estar en el lugar equivocado a la hora equivocada”. Por un momento pensó “que podrían haber más ataques”.

Por otro lado, Alba cree que todos los ciudadanos están intentando mantener la calma y volver a la normalidad, a pesar de que “se respira un aire de conmoción, nerviosismo y terror”, atmósfera que los medios de comunicación contribuyen a crear porque “no han cesado de hablar de la tragedia desde el pasado miércoles”.

La tensión se palpa en entorno, ya que “hay patrullas de policía por todos lados, la ciudad está en alerta”. A pesar de este panorama, la melillense no sabe cuándo regresará a su ciudad natal, ya que de momento vive al día y visita a menudo Melilla, porque “me encanta mi tierra y disfruto mucho cuando estoy en ella”.