El centro clausuró esta mañama su VIII Semana Multicultural con un sinfín de eventos.
La emoción se dejaba sentir en el ambiente. La gente aplaudía, estaba expectante ante el gran cierre de espectáculos que, entre todos, habían preparado los residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) para la VIII Semana Multicultural. Se trata de un evento que se venía realizando de forma anual, pero que en los últimos dos años no pudo llevarse a cabo a causa de la alta ocupación de este centro.
Durante unas horas, las personas que residen en estas instalaciones convirtieron uno de los nuevos módulos, aún sin estrenar para alojar habitaciones y demás servicios, en una auténtica fiesta.
De hecho, los residentes en el CETI llevan toda la semana preparando y desarrollando actividades con motivo de este canto a la diversidad y la convivencia.
La clausura
Sin embargo, el plato fuerte, la clausura de este evento que pretende ser anual, fue todo un espectáculo aplaudido y bien recibido por una abarrotada sala. El pase de modelos ‘Cosiendo ilusiones’ inauguró el fin de fiesta.
En primer lugar, un grupo de residentes subsaharianos reconvertidos en modelos lució vestimentas típicas en un aplaudido pase, que levantó las ovaciones de toda la sala.
Las prendas árabes tomaron entonces el relevo, con un colorido vaivén de hombres y mujeres que recibieron todo el calor y los aplausos de los asistentes, completamente volcados con esta celebración.
Tras los pases de modelos fue el turno de las actuaciones. Después de un espectáculo de teatro no verbal, llevado a cabo por dos residentes que recibieron el apoyo de sus compañeros en una actuación digna del cine mudo.
Bailes africanos y poesía
Un acto de introspección y expresión de sentimientos fue lo que empujó, por otra parte, al marroquí Mohamed a recitar un poema que ponía en el centro a los migrantes. La historia de este cristiano magrebí es más que curiosa dado que fue expulsado del CETI cuando le fue denegada su solicitud de asilo, pero la decisión de un juzgado de Madrid obligó al centro a readmitirlo.
Completamente integrado y arropado por sus compañeros, Mohamed se expresó primero en castellano, para dejar paso luego a unos versos en árabe que levantaron al público al ritmo de rap.
Para cerrar el acto, antes de disfrutar de una comida española, un grupo de residentes subsaharianos saltó al escenario para animar al público con ritmos africanos. El cantante, que parecía haberse dedicado a la canción toda la vida, y los bailarines, alegraron a los asistentes. La actuación terminó, incluso, con la participación del director del CETI, Carlos Montero, que se encargó de entregar las medallas a los residentes más participativos.
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