Categorías: Sociedad

Antoñito Criado: Un torero que también ejerce de guía turístico

Bueno, las chicas se llaman Cristina y Susana y ambas son argentinas.

Cristina lleva 10 años en Almería currándoselo pero, como son amigas, de vez en cuando se ven y deciden emprender un viaje a lo desconocido. En esta ocasión lo desconocido es Melilla, 'pues vamos para allá', decidieron. Acá encontraron un pueblo acogedor, hospitalario, una sorprende arquitectura art decò. Caminaban por la calle de Querol y se quedaron mudas: 'Pero esto qué es'; era la Mezquita del Toreo y, a pesar de que la Argentina no se caracteriza por su afán taurómaco, la edificación de 1.947 les llamó la atención. Quiseron conocer sus entresijos.
Era sábado por la tarde y el único local que estaba abierto era la sede de la Asociación Taurina Melillense 'Los Medios'. Entraron y preguntaron por la posibilidad de acercarse a los tendidos y al ruedo. Dicho y hecho porque allá había un torero: Antonio Criado Luque 'El Goy', melillense de 21 años, triunfal en plazas peninsulares y, por supuesto, en Melilla. ¿Quién mejor iba a acompañar a las pamperas para conocer la plaza de toros?...pues, eso, un torero de la tierra.
Entraron por las tripas del coso, es decir, los bajotendidos, con mucha oscuridad pero, de pronto, se abrió el portalón de Cuadrillas y un sol de alivio casi les ciega; cerraron los ojos y, cuando los abrieron, admiraron la bella de la plaza norteafricana: "Pero como vos podéis tener una preciosidad como ésta". 'El Goy' les fue desgranando los misterios del coso y su operatividad, una de las plazas más cómodas para toreros, cuadrillas y operarios en general. Todo es matemático en la Mezquita del Toreo y todo es amable y útil.
El torero se convierte en guía turístico y como el muy bribón es agradable, guapo y dicharachero, las argentinas flipaban por momentos, vaya que se lo pasaron pipa. Antes, Antoñito les había enseñado la peña taurina, con la colección que tanto de él como de Adolfo Ramos, enriquece las paredes de la sede, vestidos de luces, pegando pases y saliendo emocionados por la Puerta Grande de la calle de Querol. Lo que más emocionó a Cristina y Susana fue el recorrido por el callejón y sus dependencias anexas, la contemplación de los burladeros y conocer cuáles son las defensas de un torero a la hora de la verdad y el peligro.
Por cierto, Antoñito está muy bien  tras la terrible cogida en tierras granadinas. Ya le mira a los ojos de su padre como diciendo: "Papá, ya he actuado como guía turístico pero tengo que amortizar los trastos de torear". El futuro como diestro de 'El Goy' hay que descubrirlo pero su presente como anfitrión, chamberlein o maestro de ceremonias es una realidad.

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