El CEIP Anselmo Pardo es uno de los centros educativos que albergan las llamadas “aulas barriga”, así lo denuncia CSIF, desde su grupo de Enseñanza en Melilla.
“Cada vez hay más niños y en el Anselmo Pardo y en el Velázquez están metiendo nuevas aulas y creando lo que nosotros llamamos ‘barrigas”, explicó Sergio Ramírez, de CSIF Enseñanza de Melilla, que señaló que estos centros, al igual que tantos otros de la ciudad, están muy masificados, y albergan este tipo de clases. Asimismo, también el CEIP Reyes Católicos, es otro de los ejemplos en los que se da el fenómeno de las ‘aulas barriga’. En este centro hay aulas habilitadas debajo de una escalera, según Sergio Rincón, de ANPE Melilla.
“El hueco de una escalera se ha utilizado para hacer un aula de atención a 5 o 6 alumnos”, explicó.“Son sitios que evidentemente ni la legislación soporta, pero es lo que tenemos”. Estas ‘barrigas’ son aulas que se crean a partir de otras. De acuerdo con las declaraciones de Sergio Rincón a El Faro, este fenómeno consiste en “adaptar una línea para poder hacer que con todos los alumnos que haya de más en un aula, que ya de por sí está masificada, se pueda crear una clase dentro del mismo centro”.
Estos espacios libres habilitados normalmente son aulas que los centros ya tenían adaptados para otro fin, como laboratorios o aulas de música, y finalmente tienen de utilizarse para un propósito distinto al que se crearon en un principio. Desde los sindicatos denuncian que realizar este tipo de acciones no es una solución.
Lo que realmente hace este fenómeno es “saturar al profesorado” porque hay más aulas pero el número de profesores es el mismo. “Entonces, al final, lo que se hace es saturar al centro al completo”, remarca Rincón. Este fenómeno de las ‘aulas barriga’, es una de las consecuencias de esa situación “insostenible” en el sector en Melilla, y todas las organizaciones sindicales insisten en que los problemas que se dan en estos centros no son aislados, sino que se dan en la totalidad de centros de enseñanza de la ciudad.
Sergio Ramírez, del grupo de Enseñanza del sindicato CSIF en Melilla, recordó que el propio director provincial de Educación, Juan Ángel Berbel, ya en sus primeras declaraciones en el cargo denunció que en Melilla existían un total de 199 aulas ilegales.
“Esas aulas ‘barriga’ cuentan con un maestro, pero ese maestro no está contabilizado en plantilla ni en nada, porque se saca de la propia plantilla, y puede que tenga que echar 3 o 4 horas más para dar clase de su materia a esos niños”, explicó Ramírez.
“Por eso desde CSIF pedimos como mínimo 100 docentes: 50 para la enseñanza infantil y otros 50 para primaria”, declaró Ramírez al periódico de El Faro.
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