La RAE define ‘conciliábulo’ como “Junta o reunión para tratar de algo que se quiere mantener oculto”. En el ámbito religioso, asimismo, la palabra suele usarse para referirse a aquellos herejes que no respetan la disciplina de la Iglesia. Ángel Gil, miembro y ex dirigente de la Congregación de la Victoria, dice que no conoce el término (utilizado hace unos días por Enrique Delgado en un artículo en este mismo periódico), porque no se maneja en “castellano antiguo” y se niega a darse por aludido, pues ello implica responder “a un señor que no es nadie”.
Delgado, colaborador de El Faro, publicó el pasado domingo una columna en la que defendía la posibilidad de que la Virgen de la Victoria cambie de parroquia durante la novena. Ángel Gil, por contra, aboga por mantener la tradición y que la Patrona regrese, en cuanto finalicen las obras en la Purísima, a su templo de siempre, dando fin a un debate que colea desde que el 8 de septiembre el vicario, Roberto Rojo, tratase el tema en su homilía durante la misa de la Patrona.
–Congregante, pero no parte del equipo de gobierno.
–Cuando llega el cabildo de elecciones, María Piedad Castellano, la actual hermana mayor, presenta una lista con los componentes de su junta de gobierno. En esa lista, aparecen Carmen Martínez Lázaro como secretaria y Ángel Gil como fiscal. Cuando el vicario ve esa lista, veta a esas dos personas y dice que no pueden estar, pero no da motivos. Hemos hablado con él y se niega a dar las razones. Lo mínimo que se pide cuando alguien habla de otra persona es que dé unos motivos y sobre ellos podernos defender.
–Sin embargo, el mismo vicario reconoció que no tenía potestad para decidir sobre la parroquia de la Virgen. ¿Por qué sí sobre la Congregación?
–Roberto Rojo cometió un gravísimo error. En una homilía no tiene por qué pronunciarse sobre un tema en el cual, conforme a los estatutos, no tiene ni voz, ni voto ni veto. Por tanto, huelga que haga ese tipo de manifestación. Tengo que decir que ha habido un segundo veto: negarnos participar en la novena de este año. No hay que ser experto en derecho canónico para saber que nadie, ni un sacerdote, puede negar a una persona que participe en una misa. Él, sin embargo, no da ningún tipo de respuesta. Nosotros vamos a defender nuestros derechos.
–¿Se da por aludido cuando Delgado habla de conciliábulos?
–Yo es que no utilizo términos de castellano antiguo. De este señor, que no es nadie, no tengo nada que comentar.
–En este contexto, la Congregación aboga claramente por devolver a la Virgen a la Purísima cuando terminen las obras.
–La polémica la pone Roberto Rojo en una homilía, el cual no es el lugar indicado para lanzar esa idea. Y por otra parte, está la Congregación. No hay más. No hay nadie más en esto. El pueblo de Melilla quiere que la Virgen vuelva allí donde siempre ha estado.
–El vicario instó a la hermana mayor a preguntar sólo a la gente que va a misa dónde quiere que esté la Virgen.
–Puede ser la respuesta normal de una persona que no es de Melilla y que, aunque lleve años aquí, no ha entrado en el sentir melillense. Él no puede diferenciar entre las personas que van misa y las que no. La Victoria es la Patrona de todos los melillenses, católicos y no católicos. Yo sólo explico una declaración así, hablando de una persona que no ha sabido conocer el alma melillense e integrarse. Una pena, ya son muchos años.
–Los argumentos que esgrime la oposición en este aspecto aluden a la mayor accesibilidad del Sagrado Corazón.
–Escuché los argumentos del vicario y no tienen ninguna base. Yo le recuerdo a este señor que la Iglesia del Pueblo cumple todos los requisitos en cuanto a accesibilidad. Javier Pavón, una persona que va silla en ruedas, fue quien movió todo esto. Y una de las mejores cosas que hizo la ciudad autónoma fue proporcionar un microbus que salía todas las tardes de novena desde el Casino Militar. Esos no son motivos, ni razones. Tal vez haya otros, como el mismo vicario expuso. Y es de las pocas cosas en las que ha sido sincero: desde el primer momento que llegó a Melilla, su objetivo es ese. Es el objetivo de una persona que viene de fuera y fue acogido en esta ciudad, pero que desgraciadamente no se ha preocupado por conocer cuál es el sentir de los melillenses.
–¿Se dio la Congregación por aludida durante la homilía de ‘los noes’?
–Yo como congregante sí. De entrada, la política no debe entrar en la Iglesia. Pedro Sánchez no pinta nada en la homilía. Él se refería a los ‘noes’ porque sabe perfectamente que nosotros sí que cumplimos los estatutos y que la Iglesia del Pueblo forma parte de nuestras tradiciones.
–Háblenos del grupo de Facebook en apoyo al retorno al Pueblo de la Patrona.
–El grupo es creado por Antonio García Castillo, como consecuencia de la inquietud que generan las palabras del vicario en la misa de la Patrona. Es un grupo muy numeroso y muy participativo, que trata de defender la vuelta de la Victoria a su casa. Nos expresamos con absoluto respeto y rechazamos la propuesta del vicario. Es cierto que una participación tan masiva en una ciudad como Melilla dice mucho.
–¿Echa de menos pertenecer a la junta de gobierno?
–A Carmen Martínez Lázaro y a mí, la actitud de Roberto Rojo ha sido como ese leño verde al que le pegan un corte y lo dejan totalmente herido. Esa es la sensación. Nosotros queremos hacer una labor social y no es lo mismo hacerla desde fuera que desde dentro.
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