Uno de los objetivos que se marcaron ayer en el segundo día de las III Jornadas Neurológicas de Melilla y Ceuta fue que los sanitarios puedan realizar un diagnóstico diferencial entre las patologías cardiovasculares, como el síncope o la taquicardia ventricular, y una crisis epiléptica, ya que pueden presentar una sintomatología parecida.
Un total de doce charlas fueron las que se impartieron durante la mañana en el Hospital Comarcal de Melilla y por la tarde en el Palacio de Exposiciones y Congresos. El programa se cerrará hoy con una recepción por parte de la Ciudad Autónoma de varios ponentes.
El comienzo de las conferencias estuvo a cargo del jefe de la sección de Cardiología del Hospital Comarcal y director adjunto de las jornadas, Enrique Crespillo Montes.
“En la charla se habla sobre la patología de la placa de ateroma, es decir, cómo se forma una capa de grasa en las arterias y cómo termina dando un infarto, y la correlación entre el inicio de su formación durante su juventud, que con el paso de los años se hace más grande y cómo termina dando un infarto a los 45 o 50 años”, informó Crespillo.
El contenido de esta conferencia tenía como objetivo concienciar a los asistentes de la importancia de tratar este tipo de temas con los jóvenes de 20 años, antes de que sea demasiado tarde para poner remedio a este tipo de patologías, ya que puede llegar una muerte súbita.
Por otro lado, las ponencias continuaron sobre las diferentes enfermedades cardiovasculares y las similitudes que pueden presentar casino online con síntomas de la epilepsia. Así, el síncope o la taquicardia ventricular, que se presentan como pérdida del conocimiento, en algunos casos pueden dar procesos de convulsión por lo que los sanitarios deben hacer un diagnóstico diferencial
Otra de las intervenciones realizadas ayer estuvo a cargo de las enfermeras Ana Isabel Eusebio del Castillo y Yolanda Quintero, cuya conferencia se titulaba ‘Cuidados de enfermería en el paciente epiléptico’. En este sentido, esta charla ofreció unas pinceladas generales sobre el abordaje del colectivo de enfermería a este tipo de pacientes antes, durante y después de sufrir una crisis epiléptica.
“Las medidas generales están encaminadas a proteger al paciente, por ejemplo si hay riesgo de caídas o mantener libres las vías respiratorias, aunque no en todos los casos”, destacó Ana Isabel Eusebio.
“Hemos atendido todo tipo de casos de epilepsia que se han dado en todas las edades, desde niños a adultos, y en los casos en los que las crisis superan los dos minutos de convulsiones, se canaliza una vía para introducir la medicación pero nunca en flexura, para evitar hacer daño al paciente”, informó Yolanda Quintero.
Último eslabón de la cadena
La última conferencia de la tarde, ‘Tratamiento del status epiléptico en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)’, estuvo dirigida por jefe de este sector del Hospital Comarcal, Alberto Levy. En este sentido, se indicó que la UCI es el último eslabón a donde llegan los pacientes con cuadros epilépticos, es decir, que sufren una crisis mantenida donde no han resultado los tratamientos del primer y segundo nivel.
“El enfermo pasa a un tratamiento más agresivo donde se intenta controlar el proceso lo más rápido posible, porque cuando más dure esta situación más daños cerebrales puede provocar”, explicó Levy.
Los cuidados en esta unidad del Comarcal hacen que el paciente sea inducido a un coma anestésico y precisa de una vigilancia especial por parte de los facultativos sanitarios. Dependiendo de la evolución de la crisis de epilepsia, que se valora a través del registro electrocefalográfico, el paciente tardará más o menos tiempo en salir de la UCI.