Un individuo se enfrenta a una posible condena de un año y medio de prisión como presunto autor de delitos de amenazas y lesiones en el ámbito de la violencia de género. Según sostiene la fiscal en su escrito acusatorio, el hombre sacó un cuchillo a su mujer, la amenazó de muerte y luego la agredió físicamente.
De acuerdo con la acusación, el encausado primero insultó a la víctima, a la que llamó “puta” y “guarra”. “Esta es mi casa, te voy a matar”, le dijo a continuación, mientras le mostraba un cuchillo para intentar intimidarla. Después la agarró del pelo y le propinó un puñetazo que causó lesiones a la perjudicada.
Niega los hechos
Estos hechos presuntamente tuvieron lugar el pasado 12 de octubre y ayer fueron llevados a juicio, ante el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla.
El procesado, que entró en la sala esposado por agentes de la Policía Nacional, negó que hubiera amenazado o agredido a su esposa. “Es mentira”, sostuvo.
Según explicó, aquella noche se presentó en la casa de su mujer “inocentemente”, después de recibir una llamada de ella pidiéndole que fuera allí.
El acusado dijo que ni siquiera llegaron a discutir, aunque ella le reprochó que hubiera tardado en llegar al domicilio. “Antes estuve con unos amigos tomando algo”, apuntó el procesado.
El individuo señaló que él estaba durmiendo en la cama, en la casa de su mujer, cuando la policía se presentó en la vivienda y lo detuvo por un supuesto episodio de violencia de género.
Decide no declarar
La víctima decidió acogerse a su derecho a no declarar para no perjudicar al procesado. Esta es una posibilidad que se ofrece a los testigos que mantienen o han mantenido una relación sentimental con la persona acusada, además de a los que une un vínculo familiar con la misma.
Este derecho está previsto y recogido en el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
A pesar de la negativa de declarar de la perjudicada, la fiscal siguió adelante con la petición de una sentencia condenatoria.
Por un lado, solicitó seis meses de prisión por un delito de amenazas e intimidación; por otro, un año de cárcel por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género.
Además, la fiscal pidió que se dictara una orden de incomunicación y alejamiento, para que el encausado no pudiera acercarse ni contactar con la víctima por un periodo de tres años.
La defensa, por su parte, reclamó la resolución de una sentencia absolutoria. Según alegó, no habían quedado acreditados los hechos denunciados.
El caso quedó visto por el juez para dictar una sentencia.
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