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Álvaro Botias cuenta, como policía, la supervivencia a la violencia machista

El Inspector de la Policía Nacional, Álvaro Botias Benedit, llegó ayer a Melilla para hablar de su libro ‘La lucha contra la violencia de género: Vivencias de un policía’ en La Librería. Decenas de personas se reunieron en el establecimiento para escuchar sobre uno de los temas más mediáticos en nuestro país actualmente.

Después de una introducción y presentación por parte de la responsable de la Unidad contra la Violencia de Género, Elena Fernández Treviño, Botias procedió a explicar su libro, no solo detallando su contenido, sino explicando las razones que le animaron a escribir seis casos de mujeres maltratadas con las que ha tratado de primera mano como Policía Nacional.

“Para empezar, la primera feminista de mi casa es mi mujer”, dijo Botias al comenzar su presentación. “Gracias a ella yo fui concienciándome sobre esta lucha y revisando mis privilegios como hombre”, añadió. La portada del libro fue diseñada por la pareja del policía, puesto que es artista y su marido quiso que ella tuviese ese espacio y reconocimiento.

El objetivo de contar estas historias reales de violencia machista, de una forma que se respeta el anonimato de estas mujeres, es dar esperanza y manifestar que “de la violencia de género se puede salir”. Desde su posición en el cuerpo de seguridad, Botias aseguró que es difícil para muchas mujeres de nunciar, ya sea por miedo, vergüenza o por esa dependencia a su agresor. Aún así, Botias afirmó que hay salida. Los casos que relata el policía en su libro tienen final feliz. Botias trabaja en el frente del Grupo de Investigación de la Unidad de Familia y Mujer de Málaga, área con la que “se ha avanzado mucho”. “Afortunadamente, desde este grupo no hemos tenido ningún asesinato”, remarcó Botias.

Aun así, el policía aseveró que hay que trabajar siempre por mejorar y erradicar la violencia que sufren las mujeres. “El enfoque está en la educación”, no solo en la adolescencia, que es lo que trata bastante Botias al haber dado charlas, sino de mucho antes e incluso intentar que el maltratador admita que es machista y que tiene que deconstruirse.

Aunque la educación siempre sea lo primordial y la base para que no haya machismo, Botias manifestó a este periódico que, por desgracia, ellos actúan para “apagar el fuego que ya se ha provocado”, pero que es necesario, puesto que la cultura patriarcal, presente en nuestra sociedad, no se erradica en un solo día, y el cuerpo de policía está para proteger y evitar desgracias mayores.

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