Desde AUGC aseguran que del lado español de la frontera no se están cometiendo excesos.
La Asociación Unificada de la Guardia Civil en Melilla lleva tiempo denunciando la agresividad que emplean los inmigrantes que intentan saltar la valla. Fuentes de AUGC han asegurado El Faro que en los últimos saltos empiezan a lanzar piedras antes de acercarse a la alambrada. “Si eso no es agresivo...” se preguntan y añaden que en ocasiones los subsaharianos se autolesionan porque creen que ser trasladados a un centro hospitalario les asegura que no serán devueltos.
“Este verano un inmigrante, que se vio acorralado por varios agentes se lanzó de cabeza contra el parabrisas de un coche de la Guardia Civil, lo rompió con la cabeza y pasó del otro lado. Lo vimos correr hacia el vehículo y no sabíamos qué iba a hacer. Iba con las manos a la espalda”, asegura un agente que fue testigo del incidente.
Y no es que aparten a los guardias civiles para escapar, como defiende Prodein. “No sólo empujan. También dan puñetazos, patadas y en cuanto están en Melilla nos atacan con palos”, apuntan las mismas fuentes.
En uno de los últimos saltos, “el de los ciento y pico, daba miedo verlos venir”, añaden desde la AUGC, que descartan la posibilidad de que se estén cometiendo excesos del lado español de la frontera, aunque sí admiten que a veces en Marruecos se utilizan métodos “no adecuados”.
En todo caso, destacan que desde España no se le puede decir a Marruecos cómo tiene que cuidar su frontera e insisten en que muchos inmigrantes, en cuanto saltan “se hacen los muertos, los desmayados y le echan un poco de cuento” para que la Guardia Civil los traslade a un centro hospitalario.
No jaleamos a Marruecos
“Que nosotros le digamos a Marruecos que intercepte a los inmigrantes que se acercan a la valla, eso no es jalear”, aclaran desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles Españoles. “Otra cosa son los métodos que utilicen o que los suelten en el desierto”.
Lo ideal sería que Marruecos dispusiera de medios para mantener la seguridad en el perímetro fronterizo. “Si nosotros tenemos cámaras térmicas, va a ser mejor que Marruecos también las tenga, porque luego te encuentras con que no tienen ni prismáticos y la lucha para ellos es mucho más difícil”, apuntan desde AUGC.
En ocasiones, comentan desde la Benemérita, son los propios agentes españoles los que avisan a los ‘mejanis’ marroquíes de por dónde se mueven los inmigrantes. “Nosotros los vemos con las cámaras térmicas”.
“El helicóptero no va a parar, forma parte del refuerzo”
Los melillenses tendrán que acostumbrarse al ruido del helicóptero de la Guardia Civil que lleva varios días escuchándose a toda hora. “No va a parar”, aseguraron ayer desde la Delegación del Gobierno en la ciudad. Y seguirá así porque forma parte del dispositivo de refuerzo que se ha organizado en los últimos días, debido a la presión migratoria a la que está sometida Melilla. En condiciones normales el helicóptero sólo da entre tres y cuatro rondas de reconocimiento por noche.
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