Categorías: Sucesos y Seguridad

Alertan de que hay 70.000 malienses acampados a las puertas de Marruecos

La plataforma policial teme que una parte se dirija a Melilla y que la presión migratoria se dispare.

Médicos sin Fronteras (MSF) alerta en su último informe, ‘Atrapados en el desierto’, que hay  70.000 inmigrantes malienses acampados en Mauritania (país fronterizo con Marruecos). Han huido de la guerra en su país y viven en condiciones extremas, según la ONG internacional.
“La situación médica ha empeorado aún más con la llegada de 15.000 refugiados tras el inicio de la intervención militar francesa y maliense en enero pasado. El número de consultas en las clínicas de MSF en el campo de Mbera han pasado de 1.500 a 2.500 por semana”, asegura la ONG.
La noticia preocupa a la plataforma policial de Melilla que representa a CEP, UFP, SUP y la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). “Nosotros tememos que con 70.000 inmigrantes a las puertas de Marruecos y la llegada del buen tiempo aumente la presión migratoria sobre la ciudad”, apuntó a este periódico su portavoz, Enrique Travieso.
Asimismo señaló que desde la plataforma policial entienden el drama de esas personas atrapadas en el desierto debido a la guerra, pero eso no justifica “que su desesperación les lleve a entrar en Melilla de forma agresiva. Entendemos que la intención de las 70.000 personas que están acampadas en Mauritania es dirigirse hacia Melilla o Ceuta, por eso esperamos que el Ministerio del Interior y Europa se anticipen a los hechos para evitar dramas de todo tipo”.
En este punto el informe de Médicos sin Fronteras les da la razón porque aclara que “las esperanzas de volver a casa (de los refugiados en Mauritania) son exiguas a causa de las tensiones étnicas en el norte de Malí”.

La guerra que puede durar años
Basado en los testimonies de un centenar de refugiados en el campo de Mbera, el estudio de Médicos Sin Fronteras examina las razones de la huida de estas personas de su país y revela la complejidad de la crisis en Malí. “El conflicto podría durar meses o años, pero los refugiados se enfrentan a un futuro de aislamiento en medio del desierto y de dependencia de la ayuda humanitaria externa”, apuntan desde la organización no gubernamental.
Al respecto el coordinador de emergencias de MSF, Henry Gray, ha señalado que “comunidades enteras del norte de Malí se hallan desplazadas dentro de su propio país o se han refugiado en otros países. Muchos son de comunidades tuareg o árabes. Han huido de forma preventiva, a menudo por miedo a la violencia por sus lazos con grupos separatistas o islamistas. En su lugar de origen, el norte de Malí, aún se vive bajo el miedo y la desconfianza”.
En las encuestas realizadas por MSF, los refugiados confiesan que  han visto cómo empeoraba su situación en el campo de Mbera pese a que esperaban haber recibido allí asistencia médica y alimentos.
“Claramente ha habido una falta de preparación para la llegada de nuevos refugiados. La situación es muy precaria y las organizaciones de ayuda deben mantener su respuesta humanitaria durante el tiempo que sea necesario: El techo, el agua potable, las letrinas, la higiene y los alimentos deben mantenerse en unos estándares humanitarios mínimos”, recomiendan desde Médicos sin Fronteras.
MSF tiene programas humanitarios y médicos en las regiones malienses de Mopti, Gao, Sikasso y Tumbuctú y en campos de refugiados en Burkina Faso, Mauritania y Níger. En Mauritania, MSF da apoyo a cuatro centros de atención primaria en el campo de Mbera y en el puesto fronterizo de Fassala y tiene un quirófano en la localidad de Bassikounou. Desde febrero de 2012, los equipos de MSF han efectuado 85.000 consultas, atendido 200 partos y tratado casi 1.000 niños con malnutrición severa.

“Lo normal es  que vengan para Melilla y Ceuta”

El abogado y responsable de la Asociación Pro Derechos Humanos, José Alonso, aseguró ayer a El Faro que en su opinión lo normal es que los 70.000 inmigrantes malienses que están viviendo en condiciones extremas en los campos de refugiados mauritanos, según Médicos sin Fronteras, intenten escapar de esa situación y enfilen hacia Melilla, Ceuta o intenten cruzar a la península en pateras, aprovechando la llegada del buen tiempo. “Tirarán para acá. Están en Mauritania, pegados a Marruecos. Algo harán. Lo normal es que intenten sobrevivir y para ello no les queda otra que venir en dirección a Melilla”, señaló a este periódico.

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