Aunque las matemáticas aún no han dicho la última palabra, el conjunto azulino haría bien en luchar por asegurar su participación en la próxima edición de la Copa del Rey.
A pesar de la temporada tan irregular que ha realizado el equipo que dirige Óscar Cano y cuando solo faltan cuatro jornadas para acabar la fase regular del campeonato, el Melilla aún no ha dicho adiós al sueño del play-off. Aunque para que tal posibilidad se dé, deberían de concurrir una serie de circunstancias o situaciones tan inverosímiles que serían propias de analizar en el enigmático programa de Iker Jiménez 'Cuarto Milenio'.
La UD Melilla mereció un mejor resultado en su visita al ciudad de Puertollano pero la suerte, al margen de si el juego fue mejor o peor que en partidos anteriores, le resultó esquiva a la hora de materializar algunas de las claras ocasiones de gol que generó. Velasco y Chota en más de una oportunidad, pudieron desnivelar la contienda pero la falta de definición propició que los azulinos regresaran con una parte del botín que resulta claramente insuficiente para mantener opciones reales de seguir pujando por alcanzar el objetivo marcado por la entidad que preside Cristóbal Sánchez para esta temporada.
Ahora toca seguir trabajando y esperar a que los astros y demás elementos se alineen para que dentro de dos semanas el Melilla afronte el partido en el Nuevo La Victoria ante el Real Jaén con algo más en juego que defender la actual posición en la tabla. Esta jornada toca descansar ya que los de Cano debían medirse a uno de los equipos retirados de la competición, en este caso al Polideportivo Ejido. Así que será un fin de semana de transistor, pendiente de lo que ocurra en los campos del Lucena y Almería B donde Betis B y Real Jaén podrían apartar de manera definitiva al conjunto melillense de la lucha por la cuarta plaza.
El cuadro melillense ha llegado al momento álgido de la competición de manera muy distinta a cómo se esperaba. Con independencia de si la plantilla se configuró de tal o cual manera; de si se acertó o no en mayor o menor medida a la hora de fichar o de si se comenzó de una manera determinada la pretemporada, lo que está claro es que el equipo azulino ha tenido varias oportunidades a lo largo de la liga para asestar un golpe de autoridad que nunca llegó a dar. Porque, cuando mejor pintaban las cosas, el equipo no respondió a las expectativas que habían depositadas en él.
Álvarez Claro ha dejado de ser esta temporada ese fortín inexpugnable y se ha convertido en el auténtico talón de Aquiles del equipo de Óscar Cano. Los azulinos han dejado escapar la friolera de 23 puntos de su propio feudo y esta ha sido, sin lugar a dudas, la causa más significativa de que a estas alturas no se tenga asegurado un puesto entre los cuatro mejores en un Grupo en el que, al igual que las últimas temporadas, la mediocridad ha sido su principal seña de identidad.
También llegará el turno de analizar el por qué la UD Melilla no ha tenido un once con cierta continuidad a lo largo del campeonato, independientemente de los contratiempos que han ido surgiendo en forma de lesiones. Llegará el turno, más pronto que tarde, de ver cómo se amolda el club unionista a las premisas exigidas por la Ciudad. La entidad azulina no ha parado de proclamar que se trabaja intensamente de cara a la próxima temporada y ya va siendo hora de que los aficionados vayan conociendo el resultado de ese trabajo. La primera piedra del futuro proyecto azulino se colocó allá por el mes de diciembre con el anuncio de la renovación de Óscar Cano y de su hombre de confianza Guillermo Fernández por una temporada más. El propio técnico y el presidente de la entidad han reconocido que se están siguiendo a varios jugadores que podrían interesar al nuevo proyecto y es comprensible que todavía no se hayan dejado caer algunos de esos nombres ya que la competición aún no ha terminado; pero lo que el aficionado echa en falta es que, al menos, se informe sobre qué jugadores de la actual plantilla interesan al cuadro técnico que continúen y si se han cerrado ya algunas renovaciones puesto que esto último, llegado el caso, no tiene por qué influenciar de manera negativa en el rendimiento del equipo sino todo lo contrario.
Nombres ya los hay, y en la calle están, por lo que bien haría la entidad unionista en anunciar de manera oficial cómo están las negociaciones; porque ese silencio, que no es tan hermético como se quiere dar a entender, sí podría estar generando un cierto malestar en la plantilla que además cada vez es más evidente. A falta de un mes para acabar la liga, y tal y como están las cosas, no sería malo ir dando forma al proyecto que se tiene en mente porque el tiempo pasa y después llegan las prisas.
Por otra parte, el resto de la jornada resultó más que interesante. El San Roque perdió casi todas sus opciones al sumar su segunda derrota consecutiva, en esta ocasión ante un CD Badajoz que volvió a cumplir el dicho de a entrenador nuevo victoria segura. El Cádiz cumplió con el guión previsto al vencer en el Romero Cuerda a un voluntarioso Villanovense a pesar de que el equipo de Jose González no estuvo fino y volvió a dejar un poso de dudas de cara a lo que se avecina por lo que las aguas no andan muy tranquilas por el Ramón de Carranza. El Betis B abandona los puestos de play-off tras no pasar del empate ante el Cacereño. El Lucena CF sigue aferrado a la segunda plaza a pesar de no jugar el fin de semana y gracias a que el Linense no fue capaz de doblegar a un Caravaca-La Unión que lucha denodadamente por salir de los puestos de descenso y que podría conseguirlo la próxima jornada si es capaz de doblegar al Villanovense y el Lorca Atlético que tumbó al Sevilla Atlético, no da la sorpresa en su visita a Cádiz.
El Real Jaén, que el domingo se mide al Almería B en Los juegos del Mediterráneo y que será el próximo rival de la UD Melilla, fue el más beneficiado de la jornada ya que supo aprovechar el traspié del filial verdiblanco y sacar adelante su partido ante el Roquetas. Los de Manolo Herrero llevan la friolera de 16 jornadas sin perder y han saldado sus tres últimos compromisos con victorias lo que ha llevado al equipo aceitunero a los puestos de play-off. Todo ello a pesar de la modesta plantilla que dispone y sin perder, en ningún momento de la temporada, su seña de identidad basada en un fútbol de toque y elaboración.