AI sobre inmigración: “Está en juego el destino de Europa y de sus propios miembros”

La semana pasada se cumplieron cuatro meses desde el último traslado del Centro de Estancia Temporal a la península, tal y como recordó Amnistía Internacional recientemente. Por ello, vuelven a pedir la movilización ciudadana a través de las redes sociales con el hashtag #TrasladoUrgente ya que, según explicó a El Faro el responsable de campañas de la organización, Carlos Escaño, ven la situación del centro como “preocupante”. “Es un horror lo que día a día se puede ver”, expresó sobre las condiciones del CETI y se pregunta cómo los responsables directos de la vida de sus residentes pueden tenerlos en una situación de hacinamiento en medio de una pandemia en la que se está pidiendo a la ciudadanía que mantenga la distancia de social cuando estos no pueden tenerla “ni a la hora de dormir”. Él mismo ha escrito un post que se puede leer en la página web de AI y describe en este que “se trata de una pesadilla que es la triste crónica de un contagio anunciado” dado que actualmente hay más de 100 casos de coronavirus en centro. Asegura que es “una historia de horror” porque los residentes del CETI han estado reclamando contra unas condiciones “que parecen de países más lejanos, pero no, es algo que está sucediendo en este país, en Melilla”. A esto añadió que cree que el Estado tiene una responsabilidad sobre estas personas que la mayoría de la ciudadanía desconoce.

Describe que los residentes del CETI están viviendo “una angustia absoluta”, pero que a pesar de ello “siguen estando ahí día tras día a pesar de darse casos de contagios”. Cree que esta última situación, “se podría haber evitado completamente y no lo hacen porque no quieren”.

Recapitulando unos meses hasta el inicio de la pandemia, Escaño dijo que sí que vieron cierta respuesta por parte de las autoridades al llevarse a cabo dos traslados, uno en abril y otro en mayo, además de la descongestión del centro cuando llevaron a un grupo de residentes en situación de vulnerabilidad al Hotel Nacional. Subrayó que el hacinamiento del CETI no es nuevo, sino que lleva ocurriendo desde hace años, pero que en una situación de pandemia esto era “inaceptable”. Fue ahí cuando comenzaron con las acciones desde la organización y se empezaron a realizar traslados. Calcula que son más de unas 200 personas las que salieron y alegaron que era “insuficiente” dicho número porque, por un lado hasta que no terminara la situación de hacinamiento no dejaría de ser “preocupante” y por otro que las condiciones higiénico-sanitarias “no eran las adecuadas”.

Desde la ONG han constatado que la evolución de las condiciones han sido hacia una situación “absolutamente esperpéntica”. Escaño recordó que ellos pidieron que se llevaran a cabo los traslados “antes de que se diera algún caso de contagio”, pero vieron que no hicieron más después de los dos primeros. Más tarde fueron constatando la situación también de la plaza de toros, en la que les llegaron testimonios de que había dos cuartos de baño para 100 personas en una de las plantas o que no se acogió a nadie más en el CETI siendo derivados a la plaza. También rememoró la visita de Hana Jalloul, secretaria de Estado de Migraciones, en la que expresó que salió “consternada” de la plaza de toros y que se iban a tomar medidas y la sentencia del Tribunal Supremo para la libre circulación hacia la península de aquellos solicitantes que tienen la tarjeta roja “y no han realizado ningún traslado más del CETI” más allá del último que se hizo desde la plaza de toros, apuntó. Añadió que hay plazas de acogida en los centros destinados a ello en la península, por lo que los traslados serían factibles.

Además, criticó que entre el Ministerio del Interior y el de Migraciones “se pasen la pelota” en cuestiones de responsabilidades. Cree que han tenido “meses y meses” para resolver cualquier tipo de cuestión. Se pregunta “¿qué juego es este?” alegando que cada día que pasa, es una jornada más de “atrocidades” que viven los residentes del CETI. Por ello piensa que “hay que actuar ya”, por lo que han vuelto a pedir a las autoridades correspondientes las medidas sanitarias y también se apoyan en los grupos parlamentarios para que trasladen preguntas sobre el asunto en las comisiones o sesiones de control al Gobierno para que interpelen sobre la vida de estas personas.

Sobre el motín del CETI, por el momento están investigando el suceso, por lo que no pueden aún afirmar nada. De momento saben que tuvo relación con el confinamiento y que hubo una primera protesta pacífica y en la segunda otra con altercados y acabó con 33 detenidos e ingresados en prisión provisional, algo “inaudito”. “De momento estamos en fase de seguimiento”, detalló.

En política migratoria, de momento “no estamos viendo cambios sustanciales” y “es un suma y sigue” de situaciones que “son bastantes preocupantes”. Escaño apuntó a que el Estado tiene “una responsabilidad absoluta” con los solicitantes de asilo argumentando que tras la Segunda Guerra Mundial “que asoló medio mundo y gran parte de Europa”, se desarrolló el derecho internacional con una protección de todas aquellas personas que huían de la guerra o la persecución. Expuso que no es fácil imaginarse estar bajo un conflicto bélico, pero sí que si estuvieran cayendo bombas en este momento, el ir a otro lugar para protegerse y que allí se pudiese tener “una acogida digna por solidaridad, por humanidad” y porque el derecho internacional los protegen y “son imperativos para los estados”, aunque “lo que estamos viendo es que estos intentan competir por cual da el peor trato para que con vayan a su territorio”. “Deshumanizamos completamente a esas personas que por determinados motivos se ven obligadas a abandonar sus hogares”, dijo. Como consecuencia de esta política, cree que está en juego “la vida de estas personas” y el “propio destino de Europa y sus estados miembros” alegando que la solidaridad es uno “de sus pilares fundamentales”. Argumentó que esto requiere una implicación de todos los Estados, pero que lo que están viendo es que van en una dirección contraria “a sus propios valores fundacionales”, los cuales están en crisis, afirmó.