Bajo la mirada del fuerte Reina Regente vive Ahmed. Aparcada en la carretera Vía Láctea tiene la furgoneta donde vive desde que se impuso el confinamiento por la pandemia del coronavirus y cerró la frontera.
“No tengo donde vivir, donde dormir y esta es mi mini casa”, dice señalando el interior de la furgoneta blanca.
Deja una puerta abierta e invita a visitar el interior. Se trata de una furgoneta blanca con la parte de atrás alargada y que servía para llevar mercancía de un lado para otro de la frontera. El dueño ha dejado a Ahmed vivir ahí.
Tiene una puerta abierta y dentro se puede intuir que tiene numerosos objetos en el interior, algunos tan curiosos como una muñeca.
Explica que vive de vender lo que se encuentra por la calle. Los melillenses, asegura, son también muy solidarios con él.
A pesar de su situación, lo único que pide es atención sanitaria. Dice que padece una enfermedad y que en el Hospital Comarcal solo le permiten acceder por Urgencias.
“Una analítica”, repite en varias ocasiones. Y es que desde las autoridades sanitarias le indican que pague una test por la sanidad privada. Sin embargo, él no se la puede permitir. También le han recomendado que solicite asilo, pero que él no tiene por qué hacer eso. “Ahora mismo mi objetivo es que me hagan una analítica sobre mi enfermedad”.
En Marruecos tiene su casa y su familia. Solo espera que abra pronto la frontera para poder volver a su hogar.
En el barrio de Reina Regente, también conocido como Barrio Cuerno, hay personas que se han refugiado ahí, ya sea por la crisis derivada de la pandemia del coronavirus o por circunstancias personales.
Entre sus callejuelas, donde lo mismo se encuentra casas de cuatro plantas que otras más sencillas, hay una serie de habitáculos, de cuatro paredes, donde viven jóvenes, de Melilla y de Marruecos, que no tienen a dónde ir, que no tienen a sus padres, y ahí duermen, comen y se duchan.
Ahora mi objetivo es seguir espiando para Marruecos.....
EXPULSION ,YÁ!!!!!