Un hombre fue ayer condenado por el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla a una pena de dos años de prisión como autor de un delito de lesiones. Según reconoció en la sala de vistas, cometió los hechos que aparecen recogidos en el escrito de acusación de la Fiscalía: usó sus muletas para agredir violentamente a un hombre, al que rompió su audífono y sus gafas. El individuo tendrá que indemnizar a la víctima en la cantidad de 6.000 euros por las lesiones y los daños ocasionados.
Los hechos que ayer se enjuiciaron tuvieron lugar el 18 de diciembre de 2017, en la Avenida Donantes de Sangre. De acuerdo con lo expuesto en el documento acusatorio del Ministerio Público, el procesado propinó una paliza al denunciante después de que le recriminase que dejó una lata de cerveza en un banco. “De forma muy agresiva comenzó a golpearlo con las dos muletas que portaba, haciéndole caer al suelo”, se describe en el escrito.
El procesado no cesó en su actitud después de que la víctima se cayera y continuó golpeándolo, usando también sus puños para ello. Así, además de las heridas, terminó rompiendo el audífono y las gafas al denunciante.
Según se detalla en el escrito de la Fiscalía, al que pudo tener acceso El Faro, el perjudicado sufrió la rotura del tabique nasal y una desviación del mismo, así como una herida contusa superficial en el dorso de la nariz. Por otro lado, también tuvo una herida inciso contusa en el borde orbitario externo derecho, además de hematomas periorbitarios bilaterales y una hemorragia subconjuntival en el ojo derecho.
A causa de las heridas, fue necesario que la víctima recibiera ocho puntos de sutura. Requirió unos 30 días para la curación de las lesiones, según se recoge en el escrito del Ministerio Fiscal.
El encausado ayer decidió aceptar los hechos y pactar un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, de modo que se viera rebajada la pena que se le solicitaba. Por este motivo reconoció su culpabilidad en sala. Así, la fiscal redujo considerablemente su petición: pasó de pedirle cinco años de prisión a reclamarle dos años.
Además, el individuo tendrá que indemnizar a la víctima con la cantidad de 6.500 euros por las lesiones y los daños en las gafas y en el audífono. También será el responsable de abonar las cosas procesales derivadas del procedimiento.
Por su parte, el Ministerio Público no se opuso a que se le suspendiese el ingreso en prisión por un plazo de cinco años, siempre que abonase la indemnización correspondiente al denunciante. En el caso de que no lo hiciera o de que volviese a delinquir en el periodo establecido, se le revocaría la suspensión y sí tendría que ir a la cárcel, además de cumplir la pena derivada del otro delito.
El procesado se mostró de acuerdo con los términos de la condena y el titular del Juzgado de lo Penal número 1 pronunció el dictado de su sentencia. Antes de abandonar la sala, el encausado quiso disculparse ante la víctima “por todos los daños”, admitiendo que “no estuvo bien” lo que hizo, aunque el querellante le reprochó su comportamiento: “Ese día usted lo que pretendía era matarme”.
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