La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) subrayó ayer que no hay un número de guardias civiles suficiente en el puerto para evitar que los inmigrantes lleguen a los barcos como polizones. Ayer las Fuezas y Cuerpos de Seguridad del Estado descubrieron en estas instalaciones a 67 personas, 40 de ellas menores. Además, 30 llegaron a entrar en el barco que iba a zarpar a Motril.
La entidad resaltó que llevan años demandando un aumento de plantilla que no llega. Aseveró que es imprescindible que se saquen de una vez unas 50 vacantes para cubrir las necesidades de la Comandancia de la Guardia Civil.
En este sentido, la AEGC matizó que son necesarios unos 36 agentes para realizar las labores de resguardo fiscal y otros 20 para garantizar las seguridad de los ciudadanos en diferentes zonas de Melilla.
Los turnos
La asociación destacó que por la mañana hay en el puerto cuatro guardias civiles trabajando para una zona que es muy amplia. Si ese número ya es insuficiente, aún lo es más por la tarde y noche.
La AEGC resaltó que en los siguientes turnos sólo hay tres agentes para vigilar el puerto, un número con el que es imposible impedir que los inmigrantes puedan ir de un lado a otro de las zonas portuarias buscando la forma de colarse en los barcos.
El Puerto
Por otro lado, la Autoridad Portuaria ha previsto la instalación de cámaras de seguridad, algunas de ellas térmicas, para incrementar las medidas que eviten la entrada de inmigrantes en el puerto. Asimismo, ya ha adjudicado el proyecto para incrementar la altura de la valla del paseo del espigón y disuadir a los jóvenes que saltan por esta zona al interior del espacio restringido. En concreto, se invertirán 467.800 euros.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) aseguró ayer que nunca antes se habían encontrado en la situación de localizar a 67 personas que pretendían colarse en el barco de Motril. Sin embargo, subrayó que no es de extrañar porque hay muy pocos agentes destinados en el puerto para intentar evitar que estas personas puedan alcanzar los barcos e ir ellos como polizones hasta la península. Afirmó que los menores y jóvenes deambulan por todas las zonas portuarias “como les da la gana”. Además, indicó que no hay ninguna opción a que puedan ser sancionados por estar en una zona restringida ni por intentar colarse como polizones.
La asociación reiteró que, a ese número escaso de guardias civiles que hay en el puerto, hay que sumar que la única patrulla que vigila estas instalaciones se tiene que trasladar en algunas ocasiones hasta la frontera para echar una mano a los compañeros en resguardo fiscal. La AUGC reconoció que, de encontrar a algunos menores escondidos en bateas o dentro de los barcos como casos aislados, se ha pasado a localizar a grandes números de inmigrantes. Añadió que es “imposible” que con los agentes que hay en esta zona se pueda evitar este tipo de situaciones. Por ello, insistió en la necesidad de incrementar la plantilla para garantizar la seguridad también de estas personas que ponen en riesgo su vida para llegar a un barco.
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