Acunsa Gipuzkoa Basket: Zubizarreta, Barton (5), Simons (7), Martínez y Delas (10) -quinteto inicial-. También jugaron Mallers (1), Oroz (2), Proleta (6), Steinarsson (8), Beraza (9) y Motos (13).
Melilla Sport Capital Club Melilla Baloncesto: Chapela (12), Rakocevic (20), Ruesga (3), Dedovic (2) y Barro (4) -quinteto inicial-. También jugaron Maiza (6), Llorca (10), Pavlov (2) y Mazaira (8).
Árbitros: García León (colegio castellano-manchego), Rial Barreiro (colegio gallego) y Colomer Castelló (colegio catalán). Sin eliminados.
Marcador por parciales: 13-20, 18-18 (31-38, descanso), 21-10 (52-48) y 9-19 (61-67).
Illumbe. 650 espectadores.
Victoria del Melilla Sport Capital Club Melilla Baloncesto tras siete derrotas consecutivas. El efecto Rafa Monclova se consumó, por fin, con una trabajadísima victoria en San Sebastián, misma tierra donde ganó por última vez como visitante esta temporada, para dejar atrás los fantasmas del descenso, al menos por ahora. El cuadro visitante fue mejor durante tres cuartos, y solo una inesperada irrupción de varios suplentes del Acunsa Gipuzkoa Basket pusieron en riesgo el triunfo número doce del curso, que permite al Melilla acercarse a su víctima de hoy, y, de paso, a los puestos de playoffs. Primera parte ilusionante del cuadro visitante en un desangelado Illumbe.
El equipo de la Ciudad Autónoma mostró una versión mucho más competitiva que la exhibida en cualquiera de los otros partidos de esta enorme racha de derrotas. Eso sí, el rival ofreció bastantes facilidades para ello. Estuvo por delante en todo momento desde el 0-1 hasta el descanso, con una renta entre cuatro y siete puntos en gran parte de los veinte minutos. Solo una gran reacción de la rotación del equipo local, liderada por Beraza desde el triple, acercó al equipo guipuzcoano a un punto en contadas ocasiones, pero el cuadro melillense respondió con la misma moneda y volvió a distanciarse, coincidiendo con la vuelta de los titulares de ambos equipos a la pista.
El duelo no tuvo color. Entre lo apático del equipo anfitrión, sin ideas en ataque, blandos en defensa, y el competitivo quinteto de Melilla, con Dedovic en lugar de Mazaira, la balanza caía a favor del conjunto preparado por Rafa Monclova. Bajo la batuta de un activo Chapela (ocho puntos, dos asistencias y tres rebotes al descanso), con la aportación de Rakocevic, entonado de cara al aro (trece puntos) y un Barro demoledor en el juego interior, el Gipuzkoa Basket se vio superado. Prueba de ello fue la enorme carga de faltas de los locales, muy rápido, en cada uno de los dos cuartos. El entrenador foráneo optó por una rotación de nueve jugadores, con pocos minutos para un Pavlov que no aportaba ni una décima parte que Barro, y sin oportunidad para Van Oostrum ni Sánchez. La renta de siete puntos al descanso era un tanto engañosa (por la diferencia entre titulares y suplentes del Gipuzkoa Basket) pero justa. El tercer cuarto comenzó igual de tenso que el primero, con muchos errores en el lanzamiento, y tres minutos para ver la primera canasta, del Melilla, pero un triple muy lejano con mucha suerte, y una bandeja tras robo de Barton agitaron el partido. Se sucedieron varios errores tontos de Barro, primero, y de la defensa, después.
Quedó solo Motos que no perdonó para empatar el partido por primera vez en el minuto 26 (43-43), que obligó al tiempo muerto del entrenador visitante. Precisamente el técnico del Melilla fue señalado con una falta técnica que permitió al equipo local ponerse por delante por primera vez. Mikel Motos, estelar en ambos lados de la pista, volvió a encestar de tres, liberado, antes de provocar una nueva pérdida visitante. Monclova se vio obligado a mover el banquillo ante semejante bloqueo mental y de juego del equipo, pero no resultó del todo.
El Gipuzkoa Basket había despertado de su letargo, y Motos y Steinarsson destrozaban a Ruesga y Maiza, entre otros, a falta de los habituales puntos de sus tiradores Simons y Mallers. Arrancó mejor el Melilla Sport Capital y se puso rápido por delante (52-53) después de varios errores de Proleta y Mallers, y gracias a un Gaizka Maiza que asumió el liderazgo.
Pero el equipo preparado por Rafa Monclova echaba en falta las aportaciones de Chapela y Rakocevic, sin puntos durante más de 15 minutos. Llegaron. Tanto el triple del montenegrino, como la canasta del base lucense para abrir una brecha de cinco puntos con menos de cinco minutos por delante. Gipuzkoa había perdido la chispa exhibida en el tercer acto. Valió la concentración y la defensa para aguantar y dejar al rival en nueve puntos, para, por fin, ganar.
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