Fueron muchos los actores que ayer acompañaron a José María Antón, el fundador, director, alma y corazón de Concord, en la última representación en la que dio órdenes. Algunos vinieron de la península expresamente para estar con él y vivir sus últimas horas sobre un escenario. En esta ocasión fue en el Palacio de Exposiciones y Congresos (PEC) con las obras ‘El bocata de higadillos’ y ‘Una nunca sabe lo que lleva dentro’.
Antón hizo un repaso a la historia de esta compañía que creó hace casi 39 años con el objetivo de hacer teatro de calle.
Destacó que nunca tuvieron el apoyo de la Administración local en sus proyectos. Dio igual que les presentara antiteatro, ‘El Tenorio’ o el proyecto de una escuela para formar a los actores de la ciudad y no tener que importar a compañías foráneas. Pero nunca tuvieron el apoyo necesario.
Antón no sólo destacó las sombras de Concord. También hizo un listado de los ‘gozos’ de este grupo de amantes del séptimo arte. De esta forma, subrayó cómo esta compañía sacó adelante los libretos más importantes de este siglo. Asimismo, resaltó el arte de María Teresa, que logró coser y diseñar los vestuarios.
El fundador de Concord se despidió recitando unos versos tras desear que sus actores sigan sobre las tablas del escenario aunque él ya no esté junto a ellos.
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