El duelo entre dos de los equipos en mejor dinámica de la categoría se saldó con victoria local. El Melilla, que con sus cinco victorias consecutivas era el equipo más en forma de la LEB Oro, vio truncada su espectacular serie en un escenario aciago para el cuadro azul, que siempre ha perdido en sus visitas a A Coruña.
El encuentro resultó trepidante, jugado con mucho ritmo e intensidad, aunque el final quedó deslucido por una trifulca entre los componentes de ambos equipos después de una falta antideportiva, que debía haber sido descalificante, de Pablo Almazán a Burjanadze.
Enfrente encontró el Melilla, que jugó a tirones, a un equipo que cotiza al alza y que puede presumir de haber ganado siete de sus últimos nueve encuentros.
Pronto se le complicaron las cosas al equipo de la Ciudad Autónoma y tuvo que solicitar Alejando Alcoba un tiempo muerto para frenar la sangría con la que inició su equipo el partido (11-0). La intensidad defensiva local, reflejada en su máxima expresión en un espectacular tapón de Abia a Suka-Umu cuando se aprestaba a realizar un mate, contuvo el polivalente ataque del cuadro melillense, que no fue capaz de frenar las rápidas transiciones del cuadro coruñés, liderado por Olmos y Burjanadze.
Anotó Hernández-Sonseca (11-2) después de 4 minutos de ataques infructuosos y tras el tiempo muerto de su equipo, aunque fue un espejismo. Dos triples seguidos de Stelzer dispararon la ventaja local en el marcador (17-2). Lo pasó mal el conjunto azul durante los siguientes minutos, en los que Stelzer llegó a sumar once puntos (22-7). Pero con paciencia fueron encontrando el acierto ofensivo los pupilos de Alcoba, que, con un parcial de 0-7 finalizado con un triple de Zengotitabengoa, llegaron al final del primer cuarto diez puntos abajo (24-14).
Sin embargo, al inicio del segundo cuarto volvió el Melilla a las andadas. Y tras sendos robos y contraataques anotados por Castro y Burjanadze, Alcoba se vio obligado a solicitar un nuevo tiempo muerto a 7’23” para el intermedio (30-16). Hasta diez pérdidas acumuló el cuadro azul en el primer tiempo.
No mejoró el rendimiento del equipo melillense, fallón en ataque y sin energía suficiente para frenar las acometidas del quinteto naranja. A poco más de cuatro minutos para el descanso, la brecha era de 19 puntos (41-22).
Dos triples de Manzano y otro par de Suka-Umu, uno de los cuatro ex jugadores del Basquet Coruña que se medía ayer a su antiguo equipo, formaron parte de un parcial de 0-14 en apenas tres minutos que apretó el marcador al intermedio (41-36).
Volvió a exhibir sus cualidades de triplista Marcos Suka nada más iniciarse la segunda mitad, lo que propició un acercamiento a dos puntos (41-39) que no se veía desde el primer minuto de juego. Otro triple de otro ex, Zengotitabengoa, unido a tres tiros libres en una jugada posterior, situó por primera vez al Melilla por delante en el marcador (50-52) a menos de dos minutos del final del tercer cuarto.
Tito Díaz ordenó un tiempo muerto, pero una buena acción defensiva de Suka, que recuperó el balón y anotó en el contraataque, ayudó al conjunto de la Ciudad Autónoma a alcanzar su máxima ventaja (50-57). A punto estuvo de romper el encuentro, pero falló su ataque y un triple de Ángel Hernández hizo reaccionar al equipo coruñés, que se presentó en el último cuarto (53-57) con mucha confianza gracias al apoyo de una afición más numerosa de lo habitual.
Un último cuarto trepidante
El cuarto final resultó trepidante, con un ritmo muy vivo, y alternativas en el resultado. Edu Sonseca anotó dos tiros libres a tres minutos para el final que abortaron una escapada local en el marcador (70-66). Un gancho de Zyle volvió a estirar la ventaja del conjunto herculino (72-66). Después de cuatro tiros libres seguidos anotados, Suka-Umu marró un triple que no tocó ni aro. Y las manos de mantequilla de Edwards no atraparon un balón de contraataque para apretar un marcador que Ángel Hernández puso inalcanzable para Melilla (76-70). Un contraataque de Burjanadze cortado por una falta antideportiva de otro ex del Basquet Coruña, Pablo Almazán, propició una espectacular tángana entre los integrantes de ambos equipos. Los árbitros, en una decisión sorprendente, expulsaron a todos los jugadores de los banquillos de ambos equipos por haber participado en la trifulca, aunque la originaran dos jugadores -Almazán y Burjanadze- que estaban en la pista. Quedaban aún 12 segundos, aunque estaba ya todo decidido.