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Adimel ya prepara el campamento para los menores de la asociación

Un año más el destino será la Granja Escuela de Bellavista, en Arcos de la Frontera y aunque todavía está por concretar, lo más probable es que sean diez menores.

El presidente de Adimel, Joaquín Rosa, se encuentra inmerso en los preparativos del campamento de verano para los menores de la asociación, que un año más, se llevará a cabo a finales de agosto.
De nuevo, volverá a ser Arcos de la Frontera, más concretamente la Granja Escuela de Bellavista, el campamento elegido por la Dirección de Adimel para estos días de ocio.
Si todo transcurre según lo previsto, tal y como confía Rosa, un total de diez menores pasarán entre el 16 y 23 de agosto unos días de vacaciones en esta Granja Escuela, relacionándose con niños que al igual que ellos padecen diabetes y compartiendo experiencias.
Este es el cuarto año consecutivo que Adimel realiza este campamento a Arcos de la Frontera –en todas las ocasiones anteriores ha contado con la ayuda y patrocinio de la Ciudad Autónoma– y la experiencia en todos ellos, como han relatado los niños a su vuelta, ha sido muy satisfactoria.
Así, por ejemplo, relataron que además de aprender a pincharse sin dañarse o a cargar insulina evitando que quede aire en la jeringa, se habían concienciado de la necesidad de conservar, proteger y amar la naturaleza, o incluso, de cambiar sus hábitos alimenticios.
El objetivo de estos viajes, además de ofrecer a estos menores –que en la mayoría de los casos no tienen esta oportunidad– pasar unos días de vacaciones fuera de su ambiente habitual, es estar en contacto con otros niños que también padecen esta enfermedad para poder intercambiar conocimientos de ésta, y sobre todo, como la afrontan en su vida diaria.
Así, dentro del programa más específico sobre la enfermedad, los monitores presentes en el campamento imparten sesiones docentes sobre los diferentes tipos de diabetes, explicando los ejercicios físicos y la alimentación más adecuada a cada uno de ellos.
Sin embargo, no todo está relacionado con la enfermedad, y entre otras materias, aprenden labores agrícolas, como conocer las técnicas de sembrado de diferentes especies vegetales; artesanales e; incluso, a montar a caballo. Todo ello en unas instalaciones medioambientales totalmente pensadas para los más pequeños, que de una forma divertida, compaginan ocio y formación.
Algunos de los diabéticos melillenses repiten experiencia por cuanto ya han viajado a Arcos de la Frontera en diferentes ocasiones, aunque para otros es totalmente imposible ya que han superado la edad permitida. Según explicó Rosa, ésta se encuentra entre los siete años y los catorce, por lo que algunos de los habituales tendrán que dejar su puesto a nuevos pequeños.

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