Una mujer podría ser condenada a cumplir 35 días de trabajos en beneficio de la comunidad por agredir presuntamente a su exmarido. En un principio, la Fiscalía pedía para ella una pena de cárcel, pero ayer modificó su calificación en el trámite de conclusiones. Según sostiene la acusación, la procesada dio una bofetada en el rostro a su ex pareja y le arañó en la mejilla. Además, en el escrito del Ministerio Público se recoge que la mujer arrancó de la muñeca de la víctima las pulseras que llevaba y que también le cogió las gafas de sol para quedárselas, estando estas valoradas en la cantidad de 280 euros.
Ayer finalizó el juicio por estos hechos tras concluir la segunda sesión de la vista, desarrollada en el Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla. La primera tuvo lugar el pasado 28 de junio, cuando declaró la acusada ante el juez. La mujer negó tajantemente que hubiera agredido al denunciante.
Según explicó, el 14 de junio de este año, sobre las 18:00 horas, llamó por teléfono a su exmarido porque le debía dinero de una factura. “Él me dijo que no me lo iba a dar”, relató. De acuerdo con la versión de la encausada, tras esta conversación se presentó en el lugar de trabajo del denunciante, en la calle Miguel Zazo, para reclamarle el dinero.
“Vi que tenía un teléfono móvil que era mío e, intentando cogerlo, le di sin querer”, contó la encausada en la vista, asegurando que su intención no era agredir a su ex. Según expuso, él llevaba el dispositivo en el bolsillo y, al tratar de recuperarlo, sacó “sin querer” una pulsera que él llevaba, pero sin llegar a romperla.
“No le pegué ninguna bofetada ni le tiré las gafas de sol al suelo”, agregó la procesada. Por otro lado, la mujer negó que se hubiese marchado del lugar con las gafas del denunciante, puesto que ni siquiera tenía dónde guardarlas al no llevar el bolso con ella.
En esta primera sesión del juicio también declaró un agente de Policía Nacional. Aclaró que ni él ni sus compañeros presenciaron agresión alguna, aunque sí que percibió que el denunciante tenía “la cara como roja”, lo que a su juicio podía deberse “perfectamente” a un bofetón.
Según expuso el funcionario, el hombre le manifestó que la acusada le había intentado agredir. La mujer, por su parte, señaló a los agentes que el denunciante tenía dos teléfonos móviles que están al nombre de la madre de ella. “Él nos dijo que si ella le hubiera pedido los móviles de otra forma se los hubiera entregado”, relató.
Ante la ausencia del denunciante en la primera vista, se le volvió a citar desde los juzgados para que compareciera ante el juez en una segunda sesión que ayer se celebró. Aunque en esta ocasión sí se presentó al juicio, se acogió a su derecho a no declarar en contra de su exmujer.
Por otra parte, un médico forense de los juzgados señaló en esta última vista que durante la exploración pudo presenciar las lesiones que denunció el hombre. A preguntas del juez, puntualizó que cabía la posibilidad de que las heridas que presentaba fueran autoinflingidas por él, aunque no hubiera manera de determinarlo con exactitud.
Tras escuchar todas las declaraciones, el fiscal modificó su calificación para solicitar una pena de 35 días de trabajos en beneficio de la comunidad para la encausada. La defensa, por su parte, insistió en que la mujer debía ser absuelta y subrayó que su exmarido pudo haberla denunciado con intereses espurios, ya que ella también se querelló contra él por no pagar la pensión de los hijos.
El caso quedó visto por el juez para el dictado de una sentencia.