Tribunales y Justicia

Acusan a dos hombres de simular un accidente de tráfico para cobrar 5.000€

Dos hombres se enfrentan a una posible condena de un año y medio de cárcel, así como a una multa de 900 euros, como presuntos autores de un delito de estafa. En este caso la Fiscalía no interviene como parte acusadora, que es ejercida por las empresas Línea Directa y Liberty, presentes en este procedimiento como acusación particular. Las aseguradoras mantienen que los dos encausados simularon un accidente de tráfico con el propósito de cobrar una indemnización, ya que uno de los investigados recibió una remuneración de 5.000 euros, cantidad que piden que sea devuelta.

Los dos individuos comparecieron el martes como acusados ante la magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla. Los hechos enjuiciados tuvieron lugar el 11 de enero de 2014, cuando se produjo el accidente en el que los procesados estuvieron implicados y que las aseguras defienden que fue simulado.

Accidente en Cabrerizas

Solo uno de los encausados accedió a responder a las preguntas formuladas por la acusación. Según afirmó, él iba en su motocicleta cuando sufrió un golpe después de que el otro procesado se saltase una señal de detención obligatoria en el barrio de Cabrerizas. Aseguró que el vehículo chocó con su moto mientras él hacía una maniobra evasiva para tratar de evitar la colisión.

De acuerdo con la versión del acusado, un grupo de personas que presenciaron el accidente se ofreció a evacuarlo al Hospital Comarcal. El hombre mantuvo que no se preocupó en llamar a la Policía Local porque estaba dolorido a causa del golpe. “Yo estaba nervioso porque me había partido el brazo”, defendió. Confirmó que tuvieron que darle 18 puntos de sutura en el codo y que estuvo de baja un total de 180.

“En el hospital le dije a las enfermeras que llamasen a la Policía Local, pero me dijeron que no hacía falta porque la otra persona había dado sus datos”, sostuvo. Además, apuntó que la moto que conducía, que quedó siniestrada, fue valorada por el perito en 5.000 euros, que fue la cantidad que recibió de la aseguradora.

El encausado admitió en el juicio que se negó a acudir a la comisaría de la Policía Local porque unos agentes le dijeron que no era obligatorio que declarase. “Yo estaba recién operado”, argumentó.

El segundo procesado manifestó en sala que únicamente respondería a las cuestiones formuladas por su letrado. No obstante, los abogados de la acusación particular le preguntaron si, como recoge la Policía Local en un atestado, había reconocido ante los agentes que el accidente había sido simulado para cobrar una indemnización. El encausado no contestó.

A preguntas de su abogado, respondió que mantenía la declaración que dio en sede judicial, pero no la que hizo en la Policía Local. Además, aclaró que cuando los agentes lo llamaron para que declarase no se le informó de que el interrogatorio se le hacía en calidad de investigado. “Sólo me dijeron que llevase la documentación del todoterreno”, aseguró. Agregó que no estuvo asistido por ningún letrado y que él firmó unos papeles sin saber que se trataban de diligencias.

Por otro lado, un agente de la Policía Local contó en el juicio que llegó a la conclusión de que el accidente podría ser fingido puesto que uno de los acusados tenía dos denuncias anteriores por hechos similares. “Nos llegó de forma informal que una persona había tenido un accidente en Marruecos y simuló que lo sufrió en Melilla”, expuso el agente, señalando que los procesados coincidían con las características.

El policía contó que uno de los investigados reconoció la simulación del accidente en la declaración que prestó en comisaría. Explicó que el interrogatorio no se le hizo en declaración de acusado porque, aunque tenían sospechas de él, no esperaban que se inculpase. “Ninguno de los dos vehículos mostraba evidencias de que las cosas ocurrieran de la forma que relataron el accidente”, sostuvo el testigo.

Al finalizar las declaraciones, la Fiscalía solicitó la libre absolución de los procesados, mientras que las acusaciones particulares subrayaron que “no existe ninguna duda” de que “se pusieron de acuerdo” para llevar a cabo el accidente y que terminase en siniestro. La defensa, por su parte, subrayó que la instrucción se había basado en “conjeturas y sospechas” de la Policía.

El caso quedó visto por la magistrada para dictar una sentencia.

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