La Fiscalía pide 7 años de cárcel para cada uno por llevar un maliense oculto y abandonarle en la Pista de Carros.
Dos ciudadanos marroquíes, acusados de un delito de tráfico de inmigrantes, se enfrentan a siete años de prisión cada uno por cruzar la frontera con un inmigrante oculto en un doble fondo y abandonarle en la Pista de Carros el pasado mes de agosto. Ambos negaron los cargos ante el tribunal de la Audiencia Provincial en Melilla y uno de ellos aseguró que vino a la ciudad para dar un paseo por el recinto ferial, durante las fiestas patronales. El caso quedó visto para sentencia tras la petición de la defensa de la absolución de sus clientes, pues considera que no se ha probado que el inmigrante que la Guardia Civil encontró entre unos matorrales en la Pista de Carros saliera efectivamente del vehículo de sus defendidos.
Sin embargo, parece que la prueba más contundente del juicio fue la grabación que realizaron dos militares con las cámaras de la Base Alfonso XIII. En la tarde del 31 de agosto, los dos se encontraban de servicio de vigilancia del perímetro del acuartelamiento cuando se percataron a través de las cámaras de que dos individuos habían parado en la Pista de Carros y manipulaban su vehículo. Al cabo de unos minutos, el coche se desplazó unos metros hasta unos arbustos, allí una persona bajó del automóvil agachada y se escondió entre la maleza. Toda la grabación de la secuencia de los hechos se visualizó durante el juicio.
Un peculiar contrabando
Tanto el conductor, A.M., como el copiloto, M.M., negaron haber cruzado la frontera con un inmigrante oculto en un doble fondo construido bajo el asiento delantero. De hecho, fue el conductor en solitario quien consiguió entrar en Melilla a través del paso fronterizo de Beni Enzar. Declaró que se dedica al contrabando y que el doble fondo servía de escondite para guardar botellas de alcohol con objeto de burlar así el control de las autoridades marroquíes. El acusado aseguró ante el tribunal que encontró a un inmigrante en una gasolinera de la ciudad y éste le pidió que le llevara al aeropuerto. Decidió “hacerle el favor”.
El copiloto afirmó que él es electricista, tiene trabajo y no se dedica al tráfico de inmigrantes. Aseguró que vino a Melilla para dar un paseo por la Feria y señaló que simplemente ayudó a A.M. a cargar paquetes de arroz y leche en su coche para volver a Marruecos.
De hecho, en la grabación de las cámaras de la base militar se observó a dos hombres alrededor de un automóvil cargando bultos. Habían abierto las puertas delanteras y el maletero. Posteriormente, uno de ellos abrió el capó, mientras el segundo permanecía de pie en la puerta del copiloto semioculto a la vista de las cámaras.
La Fiscalía, en su alegato, puso de relieve que en ningún momento de la grabación se observara a un tercer ocupante en el interior del vehículo y aseguró que, tras desplazarse hacia los matorrales, se ve “claramente” cómo una persona sale del coche “a gatas” y se oculta entre la maleza.
Los militares avisaron de lo sucedido a la Guardia Civil. Una patrulla acudió al lugar y entre los arbustos encontraron a un joven de unos 22 años, que dijo proceder de Mali. El vehículo con los dos acusados fue interceptado en Beni Enzar, gracias a la descripción ofrecida por los militares.
Uno de los guardias civiles que inspeccionaron el vehículo explicó ante el tribunal con detalle cómo había sido construido el doble fondo. Estaba situado bajo el asiento del copiloto con una chapa metálica a modo de tapa atornillada. El asiento no había sido modificado y estaba anclado al chasis por lo que a simple vista no podía despertar las sospechas de los agentes. Sin embargo, supuestamente tras sacar al inmigrante del habitáculo, la palanca de cambios había quedado “levantada”. Además, en el interior del coche encontraron diversas herramientas, que supuestamente fueron utilizadas para desatornillar la chapa y facilitar la salida del inmigrante.
Uno de los agentes del Instituto Armado declaró, en calidad de testigo, que únicamente era necesario mover hacia atrás el asiento del copiloto para poder desatornillar la chapa metálica y permitir al inmigrante su salida del estrecho habitáculo. Los agentes intervinientes, también testigos, puntualizaron que no es habitual que las personas que se dedican al contrabando construyan estos dobles fondos para pasar mercancía a Marruecos.
Defensa
El abogado defensor pidió la absolución para sus clientes y alegó que el inmigrante no estaba en el doble fondo sino en el asiento trasero del vehículo. Además, destacó que en la grabación de las cámaras de la Base Alfonso XIII no se ve en ningún momento al joven maliense salir del habitáculo ni del coche.
Fiscalía
La fiscal destacó que el vídeo muestra que el inmigrante salió “a gatas” del vehículo y se escondió en unos matorrales y subrayó que en ningún momento se ve a un tercer ocupante dentro del coche.
El ‘modus operandi’ de las mafias el pasado verano
Este caso ocurrió el pasado 31 de agosto, pero tres días antes la Guardia Civil interceptó una furgoneta sospechosa circulando por la Pista de Carros. Tras inspeccionar el vehículo, los agentes localizaron un habitáculo en el que viajaban tres inmigrantes. El mismo ‘modus operandi’ en los dos casos: Cruzan la frontera y se dirigen a la Pista de Carros con intención de dejar allí a los inmigrantes.
En el juicio, los guardias civiles en la frontera declararon como testigos y explicaron al tribunal que el sistema de detección de latidos se utiliza en el control de vehículos de Beni Enzar de forma selectiva, pues de aplicarlo en todos los automóviles que cruzan a diario la frontera ralentizaría el tránsito.