Ayer comenzó en la Audiencia Provincial de Asturias el juicio por el asesinato de la joven Karla P., quien murió a manos de su expareja, Abdelwahid A., en las inmediaciones de la playa de La Hípica de Melilla el 10 de julio de 2016. El acusado declaró ayer y afirmó que su intención no era matarla. “Le quería tapar la boca para que no gritara”, indicó ante el tribunal, según informa el diario asturiano El Comercio.
El juicio se desarrolla en Oviedo porque la legislación vigente establece que los casos de violencia de género sean juzgados donde la víctima tuviera fijada su residencia, que en este caso era la capital del Principado. Fiscalía pide 26 años de cárcel para el inculpado.
La vista comenzó pasado el mediodía de ayer después de que se eligieran los miembros del jurado que decidirá el veredicto. A continuación se dio paso a las exposiciones de acusación y defensa. Por la parte acusadora están el Ministerio Fiscal, la acusación particular (ejercida por la familia de la víctima), y la acusación popular (presentada por la asociación Abogadas para la Igualdad).
Una vez expuestos los alegatos de ambas partes, declaró el encausado, Abdelwahid A., de nacionalidad marroquí.
Este hombre ya había sido condenado por un juzgado de Oviedo en marzo de 2016 por un delito de violencia de género contra su expareja, con la que tenía un hijo en común. La sentencia conllevó una orden de alejamiento y prohibición de comunicación con la joven, así como la expulsión de territorio español.
Una vez en Marruecos, recuperó el contacto vía teléfono y redes sociales con su expareja, a la que convenció para venir a Melilla con el bebé y, desde aquí, dirigirse a los tres a Tánger, para presentar el niño a su familia paterna.
Llegados la mujer y el bebé a Melilla, el acusado consiguió acceder a la ciudad pese a la orden de prohibición de entrada en España que pesaba sobre él.
Según el escrito de acusación, los tres estuvieron juntos hasta que la madrugada del 10 de julio de 2016, en las inmediaciones de las casetas de La Hípica, la pareja mantuvo una discusión. El hombre “con evidente intención de terminar con la vida de su expareja y aprovechando que la misma se había girado y le estaba dando la espalda”, la agarró fuertemente por el cuello hasta asegurarse de que no respiraba.
Ayer, Abdelwahid A. declaró que no quería matarla y que su intención era “taparle la boca para que no gritara”. Según afirmó, él tenía “miedo” de que viniera la Policía por la orden de expulsión dictada contra él. También dijo que creía que no estaba muerta, sino “desmayada”.
El Comercio informa de que en la sesión de la tarde de ayer testificaron dos policías nacionales de la Jefatura de Melilla, uno de ellos, el instructor de la denuncia. Ambos declararon que el individuo, al llegar a Jefatura por su propio pie con el niño en un carrito, “dijo que había discutido con su expareja”. Los policías ya tenían constancia de que había aparecido el cadáver de una joven, por lo que ataron cabos y procedieron a su detención.
Uno de los agentes añadió que el acusado “quería deshacerse del niño” y dejarlo con ellos. También mostró su convencimiento de que Abdelwahid A. sabía que había matado a Karla P.
El juicio se reanuda este lunes en la Audiencia Provincial de Asturias con más declaraciones de testigos. Entre estas se espera la del hermano de la víctima.
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