Accesorios imprescindibles que comprar en Melilla para convertirse en todo un 'gamer'

El ocio de los jóvenes, no se entiende hoy en día sin los videojuegos. Para convertirse en un gamer profesional hacen falta una serie de accesorios que facilitan la experiencia del juego. El Faro ha podido hablar con Juan Francisco Mayoral, más conocido como Mayo, que es gerente de una tienda de electrónica en Melilla, 'Digital Life', para conocer qué productos no pueden faltar en una habitación gaming.

El mundo gaming ha crecido exponencialmente durante el tiempo de la pandemia. Los datos de la venta de videojuegos así lo demuestran. En 2021 en España, esta industria facturó 1.795 millones de euros, un 2,75% más que en 2020, según los datos del anuario de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI).

Estas cifras significativas, se entienden mejor si hablamos de que se vendieron 6,9 millones de videojuegos, 3,5 millones de accesorios y un millón de consolas. Para Mayo, el gaming ha crecido en los últimos años debido a la ausencia en el mercado de stock suficiente de videoconsolas, como puede ser la PlayStation 5. "La Play 5 es una leyenda", bromeó el gerente.

En Melilla hay muchos gamer, reconoció el gerente de Digital Life. "Aquí como las opciones de ocio están un poquito más limitadas que en otros sitios, es verdad que la gente invierte más en sus juegos", dijo. "Hay mucha afición al streaming", añadió.

Además, él afirma que se puede comenzar a jugar con unos monitores y unos periféricos "muy normalitos", no hace falta tener lo mejor de lo mejor. "Por 1.000 o 1.500 euros puedes empezar a jugar a juegos como el 'League of Legends' que no requiere muchos aparatos", explicó.

La falta de componentes para la fabricación de esta conocida consola ha hecho que algunos consumidores melillenses, y del mundo en general, se pasen al sector de los videojuegos en ordenadores. "Se está viviendo una segunda edad de oro de los videojuegos", comentó Mayo. A todo ello se le une, dijo, que ha habido un desarrollo "muy fuerte" de los procesadores de los ordenadores. "Han sacado una ventaja muy fuerte a las consolas", añadió.

Hay un sinfín de accesorios que se pueden utilizar para jugar. En palabras de Mayo, con la mayoría se pueden jugar, pero es lo mismo que comparar dos bicicletas. La dos sirven para lo mismo, pero depende de las características de cada una, vienen mejor para una determinada función u otra. Además, no sería lo mismo una persona que juega en streaming, más profesional, que alguien que lo hace por pura diversión y no se preocupa mucho.

Accesorios necesarios

"Para ser un auténtico gamer necesitas un setup gamer", explicó el gerente de Digital Life. (Es la disposición y organización de los distintos elementos de la habitación de un jugador formada por el propio ordenador y sus accesorios, es decir, todo aquello que hay en una habitación que genera la experiencia gamer). Un setup gamer contiene unos cuantos elementos indispensables para jugar, y otros para favorecer la inmersión en el videojuego.

Entre los necesarios, tendríamos un monitor de nivel, una silla cómoda, un teclado y ratón especiales, y un ordenador gamer.  A esto podemos incluir unos auriculares, una mesa específica y accesorios de organización.

Entrando más en materia, lo primero de debemos tener es una mesa. Existen algunas especializadas para gaming, que incluyen accesorios o soportes para colocar y cargar los auriculares, con una alfombrilla para el ratón incorporada, accesorios para recoger los cables y hasta con luces.

Silla Gaming

Si hay un accesorio que visualmente te convierte en gamer esa es la típica silla. Debido a que estos jugadores pasan muchas horas jugando, se necesita una silla que cuide las cervicales para que la espalda no se resienta. Estas sillas suelen reclinarse completamente y se pueden acoplar a las dimensiones de la persona.

"Son muy cómodas y están preparadas para estar muchas horas de seguido", explicó Mayoral. Para él, su ergonomía hace que "impida prácticamente que cojas una mala postura". Mayo compara las sillas gaming con los asientos de los coches deportivos. Depende de las calidades pueden llegar a costar unos 300 euros. "Te puede parecer caro, pero tú calculas las horas que vas a pasar sentado, los beneficios para la salud y el estar a gusto y no es para tanto", reconoció.

Los reposabrazos suelen ser ajustables y vienen compuestas con una almohada cervical y otra lumbar. Algunas de ellas están fabricadas en piel o materiales transpirables e incluyen una malla para el sudor.

Ratón

"La diferencia lo puede marcar la estética", dijo el gerente. Un típico ratón de oficina tiene muchos menos botones que uno gaming. Suele tener una rueda central con algunos botones en la parte superior, y otros a ambos lados. El gerente de la tienda explicó que se pueden programar para determinados juegos, estos botones tienen una buena funcionalidad.

Por ejemplo, en juegos de guerra para cambiar de arma o para disparar. "Cada uno lo puede customizar como más fácil le resulte", comentó. De esta manera, dijo, se hace más fácil jugar que si tuviera solo dos botones.

"El diseño es más agresivo, más tipo deportivo", añadió. Además, todos estos dispositivos suelen llevar una luz RGB, es decir, de colores. Aunque no tienen funcionalidad, pero aporta estética. Todo lo contrario a un teclado.

Teclado

Los teclados para el juego suelen estar retroiluminados. "Te ayuda a buscar más rápidamente la que estás buscando", explicó Mayo.  Además, existen teclados a los que se les pueden quitar las teclas para lavarlas en la lavadora. Un punto muy a favor para desinfectar una herramienta que suele contener muchos gérmenes.

Los teclados gaming son mecánicos, cada tecla lleva un muelle independiente. "Es como los teclados antiguos", explicó. Esto hace que sean mucho más resistentes, por el número de pulsaciones y por la fuerza.

En algunos teclados, incluso, se puede cambiar la sensibilidad de las teclas. El gerente de Digital Life explicó que según las necesidades, cada uno va buscando lo que mejor viene.

"El muelle de las teclas, que se llama switch, el interruptor, los hay de diferentes colores, rojo, marrón o azul, y cada uno tiene unas características, más resistencia, más recorrido, hasta el sonido cambia, entonces cada uno elige el que se adapta a su estilo de juego", comentó.

Un jugador que no suele jugar mucho, reconoció Mayo, no suele notar la diferencia entre un teclado gaming básico y uno que pueda costar 500 euros.

Auriculares

"Lo importante aquí es la latencia", reconoció Mayo. Es decir, la diferencia de tiempo entre lo que pasa en la pantalla y que se escuche.  "La latencia tiene que ser muy baja, cuando más baja mejor", añadió. No puede haber una décima de segundo de diferencia, ya que ese tiempo es crucial para perder o ganar. "En el videojuego es muerte segura", bromeó.

También debería ser posicional y envolvente, comentó, porque tiene que permitir saber de donde viene el sonido. "En los videojuegos ahora escuchas pasos, puedes saber por dónde viene el enemigo, si por la derecha, por la izquierda o por delante", explicó. "Una sensación lo más inmersiva posible", añadió.

Otros accesorios

A toda esta experiencia se pueden añadir otros accesorios. Por ejemplo, para tener organizado el setup de juego. Para ello existen colgadores de auriculares, que algunos pueden cargarlos sin son inalámbricos. De esta manera se tienen recogidos para evitar que se estropeen y si tienen cable no se enrolla.  "Así evitas que se los coma el gato", bromeó Mayo.

Si se hace streaming o juegos comunitarios, los micrófonos son muy necesarios. Algunos, incluso, tienen emoticonos. "Está la parte de uso, resistencia y luego la del postureo, la puesta en escena hay que cuidarla", comentó.

Otro accesorio muy útil es un soporte para vaso o botellas. Tiene un velcro que se sujeta en la mesa o en la silla para evitar el peligro de que se caiga el líquido encima del equipo.

Además de estos accesorios hay muchos más que se pueden adquirir para hacer mucho mejor la experiencia de juego. Mayo explicó a El Faro que el dinero mínimo que puede costar un setup,"decente", para poder jugar a todo, incluyendo el monitor, puede costar entre 1500 euros "hasta el infinito y más allá".