Economía, Empleo y Turismo

Acaban los Planes de Empleo: doble ‘tortura’ frente al SEPE en Melilla

A la incertidumbre por quedarse sin trabajo al haber finalizado los Planes de Empleo, decenas de personas han sumado este lunes la desesperación por tener que soportar las largas colas ante la oficina del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) en Melilla bajo un fuerte calor.

“A las seis de la mañana ya estaba aquí”, cuenta Mustafa a El Faro. “A las cinco ya había gente”, apunta Karim. Ambos han abandonado la espera y descansan su impotencia sentados en un banco frente a la oficina del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.

Hablan resignados. Volverán a casa sin poder hacer el trámite que les trajo aquí, a donde tendrán que “volver mañana”. Es decir, este martes. Mustafa tiene que darse de alta como demandante de empleo; Karim, renovar su inscripción como tal, esto es lo que popularmente se conoce como sellar el paro.

Ellos representan los dos perfiles de personas que se han acumulado por decenas durante horas ante el SEPE. “Esto es un desastre. Mis nietos llegan a casa a las 12:00; tengo que irme para atenderles”, cuenta a este periódico Mustafa, resignado, minutos antes del mediodía. “Hay gente mayor, padres con niños, madres con lactantes... alguna se ha tenido que ir. Esto no puede ser”, reflexiona en voz alta.

"Yo también estoy mareada"

Para quienes aguardan de pie toda protección es poca: tienen que aguantar un calor que acaricia los 30 grados en el termómetro, bajo un sol de justicia. Sin nubes, sin brisa, sin sombra.

Cartones que hacen de abanicos; abanicos que no dan abasto; botellas de agua fría. Cualquier papel sirve para intentar mitigar el calor.

“Estoy mareada; si viene la ambulancia, que me lleve a casa”, dice una señora. “Yo también estoy mareada y tengo que ir a casa a hacer mis cosas”, comenta otra. Las dos se quejan ostensiblemente de lo mismo: “Se han colado ahí dos o tres”.

Pero hay un señor al que no están dispuestas a dejar pasar: “Algunos se van a tomar café y vuelven. Yo llevo aquí cuatro horas sin desayunar”, se escucha en un momento de cierta tensión que, afortunadamente, no irá a más... aunque una de ellas vuelve a insistir: “Estoy mareada, no puedo, tengo que ir al médico. Delante de mí no te vas a colar. No puedo”.

"A las 08:00 la cola llegaba a la esquina"

Cerca del mediodía la cola se ha reducido casi a la mitad. “A las 08:00 llegaba a la esquina”, asegura un hombre a este periódico. Todos esperan ese aviso que, en un día como ayer, suena a final de espera: “Van pasando a la gente en grupos para darles el ticket dentro”.

Después de todo, ese ticket es el número de espera. Porque hasta aquí han venido sin nada. Y hasta ese momento han permanecido sin nada que atestigüe que llevan aquí horas. Sin trabajo y con mucho calor. Es la doble ‘tortura’ del SEPE.

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