Categorías: Editorial

Abusos de todo tipo

EL responsable de la ONG Pro Derecho de la Infancia (Prodein), José Palazón, aseguró ayer a El Faro que ha advertido a la Fiscalía de Menores de que hay niños muy pequeños en las calles de Melilla que sufren “abusos de todo tipo”.
Según Palazón, estos menores (de unos diez años de media) están siendo manipulados por adolescentes que les obligan a pedir comida y dinero a cambio de satisfacer, en muchos casos, la adicción que tienen al pegamento.
Pese a que las ONGs de la ciudad intentan que los pequeños acudan a los centros de acogida, no consiguen convencerlos. Siguen durmiendo a la intemperie, llenos de mugre y con la cabeza ida.
Para Palazón hay un responsable claro en todo esto: la inacción de la Administración.
El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, manifestó ayer a El Faro la “frustración” de la Ciudad Autónoma, tutora legal de esos niños, porque se ha visto sobrepasada por el creciente número de menores extranjeros no acompañados que ha llegado a Melilla este año. A día de ayer había 465 menas acogidos entre La Purísima (330), La Gota de Leche (103) y Divina Infantita (32).
Las autoridades locales están totalmente desbordadas y el Gobierno central, no sabemos si por dejadez o porque está en funciones, parece que ha decidido dejarnos a nuestra suerte. Los melillenses tenemos que caminar por la ciudad viendo cómo esas criaturas deambulan por nuestras calles sin rumbo fijo, con los ojos puestos en los barcos, saltando por los acantilados. ¡Qué son niños!
El consejero Ventura afirmó ayer a El Faro que en Córdoba y Málaga hay centros para desintoxicar niños de su adicción al pegamento. ¿Quién puede hacer algo para sacar a esos menores que no llegan a diez años del abismo en el que están?
Probablemente, Marruecos. Pero pese a ser extremadamente severo en el tema de las kafalas, el país vecino ha decidido mirar para otro lado y poco le importa que el futuro de su país deambule sin rumbo por las calles de Melilla o que muchos padres marroquíes abandonen a sus hijos en nuestra ciudad. ¿No hay castigo para ellos?
La Fiscalía de Menores y el Gobierno central deberían tomar cartas en el asunto porque el tema de los niños de la calle en nuestra ciudad ya no es sólo un problema local. Es una vergüenza para todos.
Donde duermen 100 no caben 467 y es obvio que en centros de acogida llenos hasta la bandera la conflictividad aumenta. Melilla está desbordada y en Madrid nadie moverá un dedo para solucionarlo hasta que la justicia europea le pegue un tirón de orejas a España.

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