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Se trata de un profesional en formación cuya labor debe ser revisada por un tutor
Francisco Parres, el abogado de los padres de Naira, la niña fallecida en la madrugada del pasado 24 de enero, después de haber sido atendida en Urgencias del Hospital Comarcal y dada de alta, quiere determinar qué grado de responsablidad tuvo el primer especialista que atendió a la niña. Se trata de un médico residente (MIR) en segundo año de formación que debe contar con un tutor que supervise su labor. En este caso, según el escrito que ha elaborado el letrado de la familia, si la actuación del médico residente fue supervisada por un especialista, podría no ser declarado penalmente responsable.
Parres explicó en declaraciones a El Faro que el tutor es el médico especialista que “debidamente acreditado y en situación de servicio activo” se encarga de garantizar el cumplimiento del programa formativo del residente, para lo cual cumple funciones docentes de supervisión y evaluación para que el médico durante sus años de residencia pueda adquirir “progresivamente” los conocimientos técnicos y habilidades necesarias para el ejercicio autónomo de la especialidad elegida. En este sentido, el abogado pide que el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) facilite quién realizaba las funciones de tutor del médico residente que vio a Naira, el primero que la atendió. “Queremos el nombre e identificación de los especialistas que revisan la labor del residente, ya que la responsabilidad podría recaer sobre ellos”, apuntó.
Además, quiere que se informe al juzgado cuántas son las intervenciones que ha tenido el médico residente en la especialidad de pediatría,del servicio de Urgencias.
Según el abogado, también se debe entregar toda la documentación referida a los programas de formación de la especialidad que está cursando el médico investigado, así como a los protocolos de las comisiones docentes que desarrollan los mencionados programas con objeto de precisar las actividades asistenciales que puede desempeñar durante el periodo de residencia y, en consecuencia, “su grado de en autonomía” en relación con los especialistas que los supervisan.
Años de residencia
El escrito del letrado de la familia de Naira recoge que, año tras año, el médico residente debe desempeñar con mayor grado de autonomía un número más amplio de tareas asistenciales propias de la especialidad que esté cursando lo que, según se lee en el escrito, “ensancha los contornos de su eventual responsabilidad penal en la que puede incurrir respecto de las lesiones ocasionadas en el ejercicio de sus labor asistencial”. “El médico residente que atendió a Naira se encuentra en su segundo año de formación”, detalló.
Interrogatorio
El documento ha sido enviado al juez que investiga el caso del fallecimiento de la niña, después de haber sido atendida en Urgencias y dada de alta el pasado 24 de enero. Además, Parres adelantó que solicitará que sea interrogado el médico forense que elaboró un informe en el que afirmaba que la muerte de la menor se podía haber evitado y que no se efectuaron pruebas “elementales”.