El presidente de CpM, Mustafa Aberchán, llegó a Melilla vía aérea la tarde de este miércoles después de ser puesto en libertad y pasar 71 días en la cárcel de Santander, localidad en la que se encontraba por cuestiones de trabajo y donde fue detenido por su presunta implicación en los delitos que investiga la operación Santiago-Rusadir. Aberchán aterrizó sobre las cinco y media de la tarde en la terminal melillense procedente de Granada.
Le esperaban allí decenas de militantes y simpatizantes cepemistas banderolas del partido en mano que gritaban y coreaban su nombre. Se habían ido congregando en la sala de llegadas del aeropuerto desde prácticamente las cinco de la tarde. De hecho, la red social Facebook había ido haciendo llamamientos durante toda la jornada para que la gente acudiera a recibir a Aberchán a las 17.00 horas.
Junto con todo ese grupo numeroso de seguidores de CpM se encontraban, asimismo, Dunia Almansouri, que salió de prisión la tarde del pasado martes, y la expresidenta de Emvismesa, Yonaida Se-Lam, además de las diputadas locales Fatima Kaddur y Cecilia González, que también están relacionadas con la operación Santiago-Rusadir.
Mustafa Aberchán llegó a la sala de llegadas del recinto aeroportuario atraviado con un pañuelo palestino. Sus incondicionales daban vivas y le llamaban "Mandela", mientras el líder cepemista repartía besos, abrazos y gestos de agradecimiento y cariño seguido de cerca por algunos de sus familiares.
A la salida de la terminal incluso se encontraba una batucada poniendo sonido y ritmo de tambores a lo que más parecía una fiesta que la llegada del presidente de un partido político, al que el Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 2 de Melilla acusa de presuntos delitos que implicarían el uso de fondos públicos para la compra de votos por correo.
No en vano, los investigadores de la Policía Nacional sitúan a Aberchán como el máximo exponente de una "organización criminal con mayúsculas" construida en base a tres escalones en los que figurarían no solo los exconsejeros del Gobierno de la legislatura anterior, sino también empresarios afines a CpM y un número indeterminado de individuos que serían los encargados de realizar supuestamente la compra de los votos en los barrios marginales de la ciudad.
Los investigadores han dejado de manifiesto en sus sucesivos atestados policiales que obran en el sumario de la operación Santiago-Rusadir que "se puede afirmar con rotundidad la existencia de una organización criminal que, desde las consejerías adscritas a Coalición por Melilla habrían adjudicado cientos de contratos menores a personas de la propia organización criminal y afines a la trama, sirviendo los fondos obtenidos para financiar la compra de votos por correo”.
Cabe destacar que el presidente cepemista fue embargado por la juez por la cantidad de más de 2 millones de euros, un importe similar al que se exigió a la exconsejera de Hacienda, Dunia Almansouri. La responsabilidad civil exigida a los exconsejeros Rachid Bussian, Hassan Mohatar y Mohamed Ahmed Al-Lal, por su parte, gira en torno al medio millón de euros.
Sin embargo, en su declaración ante la juez por videoconferencia desde Santander, Mustafa Aberchán afirmó que siempre pidió a sus compañeros que tenían responsabilidades de Gobierno que actuaran "respetando la legalidad". Así se pronunció a preguntas de su abogado tras negarse a responder tanto al fiscal anticorrupción como a la propia juez que entiende en la causa.
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