Este parece ser el detonante del proceso contra el ciudadano belga, según explicó el portavoz de la plataforma, quien conoció este suceso a través de los familiares.
El portavoz de la Plataforma melillense que apoya la causa de Ali Aarrás, Abderramán Benyahya, desveló ayer el que parece ser el detonante del proceso iniciado contra el ciudadano belga nacido en Melilla y que hoy por hoy cumple en la cárcel de Salé, en Marruecos, una condena de quince años por pertenencia a una red terrorista. Benyahya dijo haber conocido la historia a través de los familiares de Aarrás en Bélgica, quienes le explicaron que intentó abortar una trama de corrupción en la que se entregaban unas tarjetas, firmadas y selladas por el Ministerio de Protocolo y Palacio de Marruecos, a cambio de 1.000 euros.
A los portadores de estas tarjetas se les daría “un trato preferente” ante todos los estamentos marroquíes y Benyahya aseguró que “narcotraficantes, prostitutas y delincuentes” se están beneficiando de esta tarjeta que les denomina como ‘charif’–descendinente del profeta–.
Aarrás descubrió que un familiar suyo poseía estas tarjetas y le quitó un total de 25. Éste familiar acudió inmediatamente al consulado marroquí en Bélgica para contar lo sucedido y ahí se inició todo el proceso por el que el juez Baltasar Garzón abrió una investigación por presunta pertenencia a redes terroristas. Esta fue la versión de los hechos que una de las hermanas de Aarrás relató a Benyahya recientemente. Hasta ahora únicamente había rumores sobre este asunto y, es por ello, que el portavoz de la plataforma melillense no desveló estos datos hasta ayer y cuando, en su opinión, los hechos tomaron la consistencia suficiente como para corroborar la historia. De hecho, aseguró que en el sumario de investigación de Garzón, en los interrogatorios que realizó a Aarrás “le pregunta si conoce algo de unas tarjetas” y el juez francés que se desplazó hasta España en una comisión rogatoria “le hizo la misma pregunta”.
Sin embargo, Benyahya dijo desconocer qué fue lo que contestó Aarrás al respecto, pero aseguró que toda la información se encuentra recogida en el sumario del caso de Garzón.
Tras la denuncia de este familiar, Aarrás fue detenido en Melilla y Garzón investigó su caso durante dos años sin encontrar pruebas que le vincularan a redes terroristas, momento en el que Marruecos emitió la orden de extradición. A pesar de ello, según recordó Benyahya, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero entregó en diciembre de 2010 al ciudadano belga al Gobierno de Marruecos, donde se inició el proceso judicial por el que se le ha condenado a quince años de prisión.
Obligación del Gobierno central
“Ali Aarrás está en la cárcel por intentar abortar una operación delictiva que implica al Gobierno y a la Casa Real de Marruecos”, afirmó contundentemente el portavoz de la plataforma melillense. Por ello, dijo que la Casa Real debería abrir una investigación al respecto para determinar qué personas están implicadas en la trama de corrupción que intentó desmantelar Aarrás.
Por otra parte, Benyahya afirmó que el Gobierno de España, presidido por Mariano Rajoy, sigue teniendo responsabilidad sobre el caso, ya que una de las condiciones de la extradición es que España “debe velar porque Aarrás tenga un juicio justo, con todas las garantías y homologable al que hubiera tenido de ser juzgado en el país”.
Además, añadió que Aarrás ha expresado su deseo de no pedir ni indulto ni absolución porque ello implicaría “admitir una culpabilidad que no le corresponde”. Por ello, Benyahya advirtió a los responsables de la Comisión Islámica de Melilla que su “supuesta” solicitud de indulto “no es aprobada por Aarrás ni por su familia”. Además, recordó que Coalición por Melilla “se negaron a ayudar a la familia de Aarrás por sus vínculos con el PSOE”.
El ministro de Justicia marroquí admitió las torturas
El portavoz de la plataforma melillense pro Ali Aarrás, Abderramán Benyahya, afirmó ayer que el actual ministro de Justicia marroquí, antes de su nombramiento pertenecía a la organización Alakrama y en uno de los informes de esta entidad “admitió que se había torturado a Aarrás a su llegada a Marruecos, tras ser extraditado por el Gobierno de España”. En la página 25 del documento, al que ha tenido acceso El Faro, se recoge la confirmación de que “había sido severamente torturado durante su detención”. Por ello, Banyahya no se explica por qué el ministro de Justicia no hace uso de su posición para intervenir en el caso de Aarrás, teniendo en cuenta además que el responsable ministerial fue abogado de Abdelkader Belliraj, quien, también bajo torturas, inculpó a Aarrás, según recordó Benyahya.
Sobre la denuncia por torturas que la defensa de Aarrás interpuso ante la Fiscalía y ante el comité de Derechos Humanos de la ONU, Benyahya informó que Naciones Unidas pidió el informe del caso a Marruecos y éste contestó que se estaba investigando. Sin embargo, las autoridades de la Fiscalía en Marruecos afirman no tener conocimiento de esa comunicación de la ONU.
Melilla, Bélgica y Reino Unido se unen a su defensa
Las actividades de las plataformas que apoyan la causa de Ali Aarrás continúan sus actividades con concentraciones periódicas ante las embajadas de Marruecos, como es el caso de Bélgica. Recientemente, parlamentarios ingleses remitieron un escrito a los consejeros de la Reina de Inglaterra para que intervenga en este asunto y conseguir que Aarrás “tenga un juicio justo y se depuren responsabilidades sobre las torturas”, siempre según Benyahya. Además, se ha publicado un libro en francés sobre el caso de Aarrás, que próximamente será traducido al español y también se estrenará un documental sobre el ciudadano belga, aún pendiente de su doblaje. Aunque las fechas no están aún fijadas, Benyahya informó de que se celebrará en las próximas semanas un encuentro de parlamentarios belgas y británicos y, por otra parte, una conferencia sobre torturas en Marruecos en el caso de Alí Aarrás, que está pendiente de concretarse su realización en Melilla o Londres, según explicó el portavoz de la plataforma melillense.