Política

A vueltas con el futuro de Melilla y Ceuta

Tras el reconocimiento, por parte del Gobierno español presidido por Pedro Sánchez, de la autonomía dentro de Marruecos como posible solución para el conflicto del Sáhara Occidental, han sido múltiples las reacciones, tanto en España como en el exterior.

La BBC en castellano publicó, el pasado día 20, un reportaje titulado ‘Por qué Ceuta y Melilla pertenecen a España si están en África’, en el que José Carlos Cueto disecciona los orígenes de las dos ciudades autónomas, explica por qué ambas son claves para España y por qué Marruecos las reclama como suyas. También cuenta lo que dice la normativa internacional al respecto y establece algunas posibles opciones de futuro para ambas.

En esta situación, El Faro habló con dos expertos sobre este asunto para conocer sus respectivos puntos de vista. Por un lado, el profesor de Relaciones Internacionales y Doctor en Ciencias Políticas y de la Administración de la Universidad Nacional de Estudios a Distancia (UNED), Carlos Echeverría, y, por el otro, el profesor de Arqueología de la Universidad de Granada (UGR) Francisco Carrión.

En opinión de este último -quien, por cierto, es melillense-, “a Marruecos no le interesan Melilla y Ceuta”, puesto que, gracias a ellas, existe “una forma de mover la economía a través de la frontera”. Al mismo tiempo, Carrión reconoce que, más que de la península, Melilla ha vivido de las relaciones fronterizas a todos los niveles, en cuanto a frutas, verduras o pescado, especialmente una vez que desapareció la flota en virtud de los tratados de la Unión Europea (UE).

Para él, “cada vez que hay reivindicaciones por parte de los partidos nacionalistas marroquíes sobre la españolidad de las dos ciudades autónomas, lo que se esconde es el reconoccimiento por parte de España del Sáhara marroquí”. Aunque el profesor de la UGR reconoce que es “verdad” que los partidos nacionalistas marroquíes siempre van a seguir reclamando Melilla y Ceuta, a su parecer, lo que se “esconde” tras ello es el reconocimiento español del Sáhara Occidental como territorio de Marruecos.

Así, para él, los saltos masivos a las vallas de las dos ciudades con Marruecos mirando “a otro lado” lo que buscaban, precisamente, era acometer una medida de presión para que el Gobierno central reconociera la propuesta marroquí sobre el Sáhara Occidental, que algunos argumentan que va contra todas las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Abd El Krim

De hecho, apuntó, ni siquiera cuando se proclamó la I República del norte de África, mucho antes de la independencia de Marruecos en 1956, Abd El Krim dio orden de que se entrara en Melilla. Cabe señalar que el guerrillero había vivido y trabajado en la ciudad y residía en un pueblo entre la esta y Alhucemas.

Es más, Carrión habló de la población rifeña, mucha de la cual ni siquiera habla árabe, establecida en el norte de Marruecos y que ha sufrido históricamente la represión del país alauita, y se mostró convencido de que “ningún musulmán de Melilla quiere la nacionalidad marroquí”. “Lo puedo garantizar; que no quepa la menor duda”, afirmó, para continuar resaltando que ”lo verdaderamente importante es el sentir de la gente y que digan que en su vida quieren ser marroquíes”. Como ejemplo, se pueden citar las victorias que la Selección Española de fútbol consiguió en las dos Eurocopas y el Mundial, cuando la plaza de España de Melilla se llenó de ciudadanos de todas las religiones celebrando los triunfos del combinado nacional.

“Españoles como el que más”

En este sentido, el profesor de Arqueología aseguró que los judíos y los musulmanes de Melilla se sienten “tan españoles como el que más”, especialmente por la diferencia de nivel de vida entre el norte de Marruecos y la ciudad autónoma, adonde los ciudadanos del país vecino han venido tradicionalmente a dar a luz o a recibir tratamientos de los que allí no disponen. Por lo tanto, no es tan sólo -dijo- una cuestión de derechos, sino de “un Estado del Bienestar que en Marruecos no existe”. Y es que, apuntó, “hay que tener en cuenta que en Marruecos no hay una democracia como pueda haber en cualquier país de Europa, sino que es un régimen basado en una monarquía feudal en el que, cada vez que vas a ver al Rey, te pones de rodillas y le besas la mano, algo que aquí sería imposible”. Además, añadió, “se trata de un régimen bastante dictatorial y donde los derechos humanos, por desgracia, prácticamente no existen”.

La duda, entonces, es por qué Pedro Sánchez reconoció la autonomía del Sáhara Occidental, a lo que este melillense responde: “No me creo que haya sido por proteger Melilla y Ceuta, ni mucho menos. Qué va, qué va, qué va. Ni por asomo, ni por asomo”. Lo que Carrión sospecha, en cambio, es que todo, una vez más, se circunscribe a la economía. Concretamente, a “las inversiones españolas en Marruecos, que son muchas”, tanto en agricultura, como en industria u hostelería, que es “lo que se está protegiendo”, recalcó.

Para el experto, en suma, “Melilla y Ceuta tienen asegurado su futuro, porque están reconocidas como ciudades españolas por el resto del mundo”. De hecho, él trabajó durante 20 años en el Sáhara Occidental, tanto en campamenos de refugiados como en el territorio liberado, y puede garantizar que “los saharauis reconocen que Melilla y Ceuta no son el problema, ni mucho menos”. Por el contrario, Carrión se reafirmó en que se trata de “otros intereses”, dado que Marruecos ha llegado a reclamar incluso las Islas Canarias, con sus recursos minerales y las prospecciones de petróleo que se han realizado en aguas cercanas.

En definitiva, parece que todo se resume a la famosa frase que el estratega de Bill Clinton empleó antes de las elecciones de 1992, cuando George Bush parecía imbatible por su política exterior en el Golfo Pérsico y el final de la guerra fría y, con el objetivo de mantener la campaña enfocada en un mensaje, James Carville pegó un cartel en las oficinas centrales con tres cuestiones más relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas. Uno de ellos -“Es la economía, estúpido”- aún hoy se recuerda, ya que se convirtió en una especie de eslogan de la campaña del candidato demócrata que le permitió derrotar al presidente republicano, algo impensable poco antes.

Un paso arriesgado

Sin embargo, el profesor de la UNED no piensa igual, ya que, para él, “la decisión de Pedro Sánchez de reconocer la autonomía del Sáhara Occidental ha sido un paso arriesgado que se ha dado en política exterior y del que no tenemos que extraer ninguna ventaja por lo que respecta a los territorios españoles del norte de África”. En su opinión, además de cuestionar décadas de compromiso con el Derecho Internacional, “no se consigue, al menos en lo que respecta a Melila y Ceuta, ningún compromiso, porque Marruecos no se va a comprometer en algo que, para ellos, es una reclamación permanente”.

Pese a que las dos ciudades autónomas llevan siglos dentro del territorio nacional y así son reconocidas por todos los actores internacionales, Echeverría cree que eso no le “importa” a Marruecos, que no concibe como central los argumentos jurídicos e históricos en cuanto a la españolidad de los dos territorios. “Ellos van a un discurso político y a la transformación de la geografía y de la historia de una región”, ahondó el director del Observatiorio. Todo ello pese a que, en el caso de Melilla, el Rif haya sido “un territorio históricamente levantisco para el sultán”, y por eso ahora, como indicó el profesor de la UNED, Marruecos está intentando hacer de la zona “una parte leal y comprometida con el programa nacional”.

Entonces, eso que “se daba por sentado hace algunas décadas”, como era la “simpatía y proximidad a España y una cierta distancia a Rabat”, a su parecer no hay que darla por supuesta, ya que “se va reduciendo” merced a las políticas que va introduciendo con ese propósito Mohamed VI, explicó Echeverría.

Contrariamente a lo que piensa Carrión, el director del Observatorio no cree que la declaración de Pedro Sánchez sobre el Sáhara vaya a traer alguna ventaja para las ciudades autónomas. De hecho, a su parecer, “Marruecos gana de nuevo en torno a sus planteamientos y no debemos extraer de ahí consecuencias positivas, y mucho menos en relación a Melilla y Ceuta”.

Tampoco le parece a Echeverría que España vaya a librarse tan fácilmente de la presión migratoria irregular, lo cual dependerá, más bien, “de las prioridades políticas que tenga Rabat en cada momento”. Por ello, alertó de que “nadie debe asumir que tendremos un período de tranquilidad por delante, y mucho menos que se rebaje, se reduzca o desaparezca -que sería la ingenuidad máxima- la aspiración marroquí de hacerse con estos territorios”.

Así, Echeverría cree que la política exterior marroquí no va a cambiar, además de que, por lo que se sabe, en ningún momento se ha comprometido el Reino alauita, ni por escrito ni verbalmente, a cesar en su reivindicación. Por lo tanto, el director del Observatorio repitió que la firma del acuerdo sobre el Sáhara es “un error” y reprochó al presidente del Gobierno que haya “roto, lamentablemente, un principio de coherencia en la política exterior”.

En este sentido, Echeverría afirmó que, para tomar esta “decisión equivocada”, no es un argumento considerar que hay otros países de la UE o del mundo occidental que han optado por este camino, ya que “no se ha seguido por parte de Francia ni Alemania”. Incluso, prosiguió, el reconocimiento que hicieron los Estados Unidos no está aún muy claro, ya que se trató de una decisión del anterior presidente, Donald Trump, aún pendiente de consolidar, por lo que “no se puede afirmar que hayan reconocido, de forma clara en términos jurídicos, la marroquinidad del Sáhara”.

Por lo tanto, el profesor de la UNED reclamó para Melilla y Ceuta “una política firme” para defenderlas, siempre con “prudencia”, para que “Marruecos no siga considerando que ha adquirido una posición de fuerza y liderazgo, algo a lo que se le incita con el paso dado”. Sobre el Sáhara, aunque no cree que Sánchez se “desdiga”, Echeverría aclaró que, por el momento, la situación sigue igual, por lo que tocará renovar, cuando toque, la resolución de la misión de las Naciones Unidas y “y evitar que la tensión, que ha crecido mucho entre Marruecos y Argelia y el Frente Polisario, llegue a niveles preocupantes”.

Por desgracia para España, Echeverría considera que “no está bien colocada ahora”, especialmente frente a esos otros dos actores de la región, y habrá que ver cuál es la reacción final de un país preponderante en la zona como es Francia.

Sin renuncia de Marruecos

En cualquier caso, Echeverría aseguró que se puede afirmar “con rotunidad” que Marruecos no va a renunciar a sus pretensiones sobre Melilla y Ceuta. Así, reiteró, lo mismo sucede en relación a los territorios de Argelia, ya que “estamos ante un vecino que considera que sus fronteras auténticas son las que son, que no está cómodo en su territorialidad y que plantea unas reclamaciones que no van a cambiar”.

Por lo tanto, el director del Observatorio de Ceuta y Melilla alertó del “peligro” de que la UE y la OTAN dejen de lado la frontera sur en beneficio del este, con la guerra entre Rusia y Ucrania, por lo que consideró necesario “hacer una labor pedagógica explicando qué ocurre no sólo en el Magreb, sino también en el Sahel”. “Independientemente de cómo progrese la guerra en Ucrania, el sur no puede ser olvidado, porque, en términos de presente y, sobre todo, de futuro, sería extremadamente peligroso para todo el mundo occidental”, concluyó.

Española casi cinco siglos antes de que se constituyera Marruecos

Carrión hizo hincapié en que Melilla nunca fue conquistada en realidad, sino que, cuando cayó el Reino nazarí de Granada cayó y rindió “pleitesía” a los Reyes Católicos, los duques de Medina Sidonia tomaron la plaza en nombre de la Corona de Castilla (1497), a la que luego entregaron el lugar, que pasó a dormar parte directamente de ella. En cuanto a Ceuta, la soberanía española fue reconocida en el Tratado de Lisboa, firmado entre España y Portugal en 1668, aunque ya desde antes formaba parte del Reino de Portugal, integado por aquellos entonces en la Monarquía española. Por su parte, el Reino de Marruecos no alcanzó su independencia hasta el año 1956, casi cinco siglos después de que Melilla se integrara en la Corona de Castilla, que luego se convirtió en el Reino de España.

Según indicó el arqueólogo, hay una serie de antecedentes en los que “efectivamente” había una población musulmana y judía en la ciudad mucho antes de que se constituyera el Reino de Marruecos, en la segunda mitad del siglo XX. Carrión indicó que fue Francia, como potencia en el norte de África, la que patrocinó dicha independencia y puso al rey Mohamed V como monarca. Para este experto, no se trataba de algo “baladí”, ya que eran los franceses quienes realmente controlaban la zona y gran parte de las colonias que tenían en el Sahel -“el famoso Sudán francés, que cubría prácticamente la mitad del continente”-. En este sentido, Carrión subrayó que, a su parecer, “a este nivel, España ha pintado bien poco y quien establece todos los criterios a nivel internacional y parte el bacalao es Francia”.

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