LLegamos varios días asistiendo a la polémica suscitada por la decisión del Partido Popular de Melilla ratificándose, como acusación particular en el caso del ‘Voto por correo, ante la pregunta del Tribunal que juzgó a Mustafa Aberchan, sobre si el mismo debe cumplir o no la condena de dos años de prisión a la que le condenó, en última instancia, el Tribunal Supremo el pasado mes de febrero.
No voy a entrar, desde luego, en repetir los argumentos que mi compañera Tania Costa ha publicado en los artículos editados en las ediciones del sábado y del lunes. Comparto todas sus tesis y, por lo tanto, no entiendo la razón que ha llevado al Partido Popular, con la que está cayendo, de entretenerse en estas menudencias aunque, como algunos entienden, se ha puesto en juego la base del propio sistema democrático.
En Melilla ninguno puede tirar los trastos a la cabeza a nadie porque si hay alguna localidad de España donde las polémicas se han repetido hasta la saciedad un día de elecciones, ésa ha sido esta ciudad. No olvidemos que incluso debieron repetirse unas elecciones que, salvo equivocación mía, es una circunstancia que no se ha dado en ninguna otra localidad en los más de cuarenta años que llevamos de democracia.
Pero vuelvo a repetir que no la intención de este artículo el volver a entrar en los contenidos del escrito enviado por el PP al Juzgado para que Aberchan cumpla esos dos años de prisión que ratificó el Supremo. Mi intención es repetir que Melilla no está para estos juegos. Que Melilla se encuentra en uno de los instantes más complicados de su historia y que Imbroda y Aberchan o Aberchan e Imbroda son dos políticos que, a pesar de llevar casi un cuarto de siglo en la vida activa, tienen todavía mucho que decir. Pero ya escribí hace un tiempo que intentar que Aberchan e Imbroda se sienten en una mesa de negociaciones para encontrar la salida a la actual situación de Melilla parece una pelea de titanes que está condenada al fracaso, pero existen muchos lugartenientes que pueden perfectamente realizar esa acción.
Hoy por hoy, Coalición por Melilla y el Partido Popular son las dos grandes fuerzas políticas de la ciudad. Ello no significa que esté hablando de una negociación para que ambos formen un gobierno conjunto en la ciudad, ni mucho menos. Hablo de la necesidad de que estas dos formaciones se pongan de acuerdo, como los partidos con más peso, para encontrar una salida a la actual situación de Melilla y donde el PSOE también tendría mucho que decir.
Para sacar a Melilla del atolladero es imposible que pueda realizarse solamente por el Gobierno, sino que también la oposición tiene mucho que aportar. Hablamos de un problema histórico en la ciudad y esa responsabilidad es de todos los que se dedican a la vida pública. Quien no sea capaz de ceder en sus ambiciones personales y preocuparse más por los problemas de los ciudadanos haría un gran favor a los melillenses en dar un paso al lado y dejar a otro esa responsabilidad.
Llevamos unos días hablando del escrito enviado por el PP al Juzgado. Unos hechos que se remontan al año 2008, cuando todavía ni teníamos la crisis de la frontera y mucho menos esta pandemia. ¿A qué empresario le preocupa el interés del PP porque Aberchan cumpla esa condena cuando resulta que su negocio ha cerrado? ¿A qué empresario de la hostelería le preocupa el interés del PP porque Aberchan cumpla esa condena cuando resulta que lleva más de un año sin poder abrir su bar, su cafetería o su restaurante en su horario normal y ello ha supuesto el despido de trabajadores y pérdidas para el negocio? ¿A qué trabajador le preocupa el interés del PP porque Aberchan cumpla esa condena cuando resulta que ha sido despedido o se encuentra en ERTE con el convencimiento de que cuando se acabe esta posibilidad irá a engrosar las filas del paro? ¿A qué empresario que vive del comercio con Marruecos le preocupa el interés del PP porque Aberchan cumpla esa codena cuando resulta que lleva más de un año con la frontera cerrada y más de dos con la supresión del tráfico comercial entre los dos países? ¿A cuántos ciudadanos de Melilla que tenían una posición cómoda y que ahora se encuentran acudiendo a recoger comida al Banco de Alimentos o a Cáritas les preocupa el interés del PP porque Aberchan cumpla esa condena?
Son suficientes ejemplos para indicar a los políticos, en especial a los del PP que son quienes han levantado la polvareda, que la preocupación de los ciudadanos va por otro lado. Que la conexión con las preocupaciones de los melillenses parecen que la han perdido de todas todas. Mañana me podrán acusar de incendiario o de manipulador. Ni muchos menos. A los melillenses les preocupa lo que les preocupa y no quieren sandeces ni pérdidas de tiempo, sino que sus políticos pongan toda la carne en el asador para solucionar sus problemas. Luego, cuando llegue el momento de votar que no se pregunten qué ha pasado.
Repito que Melilla se encuentra en una de las encrucijadas más importantes de su historia, sino la más importante y que los esfuerzos de la clase política debe ir en el sentido de remar todos en la misma dirección porque, de otra manera, vendrá el hundimiento y la zozobra. Para entonces será tarde y los culpables no podrán esconderse debajo de la alfombra.
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