l La mayoría de la gente necesita tres o cuatro días para desconectar del trabajo . Los que descansan sin salir de Melilla, tienen que alejarse del ambiente laboral y disfrutar de la playa y los amigos.
¿Cuánto tiempo se necesita para desconectar del trabajo al comenzar las vacaciones? Un estudio publicado ayer por Randstand apuntaba que los españoles necesitan más de una semana para dejar de pensar en sus obligaciones laborales cuando se van a descansar. Algunos ni siquiera son capaces de desconectar. El vicedecano del Colegio de Psicólogos de Melilla, Daniel Ventura, aseguró ayer en declaraciones a El Faro que es cierto que hay muchas personas que una vez que se van de vacaciones necesitan cuatro o cinco días antes de olvidar del todo las obligaciones de sus empleos. “Para algunos es muy complicado dejar de recibir llamadas o consultar los emails de un día para otro”, señaló.
Ventura explicó que el cambio de la rutina del trabajo al descanso de las vacaciones es como tratar de frenar un coche que va a toda velocidad en seco, no todos tienen la misma capacidad de reacción, lo mismo le ocurre a las personas. Por eso lo ideal es que el descanso sea al menos de 15 días, para que el trabajador tenga tiempo de asimilar su nuevo estado y sobre todo de disfrutarlo.
Pero Ventura hace una aclaración: Irse de vacaciones no siempre es sinónimo de salir fuera de la ciudad. Muchos melillenses por unas u otras circunstancias se ven obligados a quedarse en aquí durante sus días de descanso. Esto no tiene por qué ser un problema, señaló el psicólogo. Ventura recordó que en nuestra ciudad también se puede sacar partido a las vacaciones. “Tenemos la suerte de vivir en una zona de costa en la que además las playas no están tan masificadas como en muchos lugares de la península, esto puede aprovecharse tanto por los que se quedan aquí en su descanso, como por los que vuelven al trabajo, que también tienen oportunidad de desconectar durante un rato”.
Pero, ¿es posible quedarse en Melilla y dejar de ver a la misma gente? El vicedecano del Colegio de Psicólogos explicó que es cierto que Melilla es una ciudad pequeña y que por tanto es más complicado cambiar de ambiente, pero que todo depende también de la persona. Lo aconsejable es alejarse de los lugares que se frecuentan por motivos laborales y aprovechar para hacer todas aquellas cosas que durante el resto del año no se pueden hacer. La piscina, pasear, disfrutar de un desayuno en una terraza y de una charla distendida con los amigos son algunas de ellas. Incluso quedarse en casa sin hacer nada durante una tarde, es también una forma de sentir que estás de vacaciones.
Para los que se quedan en la ciudad, el tiempo dará hoy un respiro. Aunque el calor seguirá siendo el protagonista, las temperaturas máximas experimentarán un ligero descenso, después de que ayer los termómetros sobrepasaran los 35 grados en las horas más calurosas del día.
La otra cara de este periodo de descanso es la vuelta, eso que muchos denominan como ‘síndrome postvacional’. Ventura recalcó, en primer lugar, que no existe un síndrome como tal. “Yo a quien se deprime al volver de vacaciones lo que le aconsejaría es que no se vaya. Si este descanso le va a suponer después un sufrimiento, no sirve para nada”, señaló. No obstante, el psicólogo indicó que igual que para la ida hay personas que necesitan unos días para desconectar, a la vuelta también ocurre que hay personas a las que les puede resultar algo más complicado reincorporarse directamente al trabajo. “Si saben que van a notar mucho el cambio, lo mejor es que regresen a la ciudad dos o tres días antes de volver al trabajo, para que así el cambio sea progresivo”, apuntó.
El psicólogo lo comparó con la vuelta al colegio de los niños. “Es difícil que un niño que lleva todo el verano acostándose y levantándose tarde, de repente tenga que irse a la cama dos tres horas antes que en los últimos meses”, apuntó. Por esta razón, siempre se aconseja que se haga de forma periódica ese cambio. En la vuelta al trabajo de los padres, se produce algo parecido.
En cualquier caso, Ventura señaló que las vacaciones son un momento merecido y del que los trabajadores tienen que disfrutar al máximo, tanto si salen como si se quedan en casa. Una vez que llegue el momento de volver, subrayó, todavía tendrán unos días para recordar los buenos momentos y poco a poco retomar su rutina habitual. Una vez que comience el ‘nuevo curso’, a los más afortunados les quedarán fines de semana y puentes para descansar y los que no podrán comenzar a planear el destino de sus siguientes vacaciones. Al fin y al cabo, muchas veces, el momento que más se disfruta de este descanso, son esos preparativos y la felicidad de saber que cada vez está más cerca.
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