Este año la imagen del Cristo del Socorro cumple 200 años con la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno la adquiriese en 1819. Por ello, Francisca Muñoz Hoyos, la Hermana Mayor de la Hermandad del Nazareno explica a El Faro cómo la cofradía ultima los preparativos de esta Semana Santa, que se presenta este año con momentos muy especiales.
–Ustedes son de los primeros en arrancar la semana santa, sino me equivoco, con el Lunes Santo.
–Sí, el domingo tenemos el traslado de nuestras imágenes desde el Pueblo hasta la Plaza de Toros y el lunes abrimos con La Sentencia.
–¿Cómo van los preparativos?
–Estamos ultimando las últimas cositas que nos quedan por terminar. Una de ellas es el bordado de La Sentencia, o sea que todavía no lo tenemos terminado, esperemos que esta semana nos de tiempo terminarlo.
–¿El bordado de La Sentencia se hace en un curso de bordados?
–Trajimos a un bordador de Málaga que nos completó un poquito la formación. Después empezamos a bordar con lo que sabíamos y lo que nos habían transmitido nuestras madres y otras personas. Así fue cómo empezamos nuestro caminar entre costuras. Montamos el taller, hemos dado ya dos cursos para todo aquel que quiera aprender a bordar en oro. El responsable del taller es Alejandro Villegas, un joven con mucha energía que todo lo ve posible.
Porque quizá hay veces que lo veo difícil y me pregunto si vamos a poder hacerlo. Él dice: ¡Claro que sí! Es ese motor que necesitan las cofradías. Hace falta que la juventud se haga responsable. Y en este caso, Alejandro ha tomado las riendas y el taller va viento en popa. Estamos haciendo cosas muy bonitas y cada vez mejor hechas. No somos muchos bordando, pero tenemos proyectos muy interesantes.
–¿Y van a salir los nuevos bordados en procesión?
–Sí, saldrán los antiguos, que tienen mucho valor y están muy bien conservados. Hemos intentado siempre hacer las restauraciones con personas que conocían esta técnica. Y los nuevos saldrán en procesión. Estos no son muchos, pero como están hecho con tanto cariño e ilusión, van a salir. Son los broches del paso de La Sentencia. Los cuatro que faltaban.
–Este año realizan el Triduo Pascual con la Soledad, ¿qué nos puede contar sobre eso?
–Este año tiene lugar un hecho histórico que va a marcar el mucho el devenir de las hermandades. Siempre he ha comentado que somos rivales pero no. Nosotros ante todo somos cristianos que seguimos a Cristo, y la Semana Santa es una cosa más. Como nuestra parroquia está cerrada porque está en obras, y no tenemos salón parroquial, ni casa de Hermandad, no tenemos nada… estamos en la Plaza de Toros un poco de prestado. A la hora de realizar también el Triduo con nuestros titulares también. El año pasado la parroquia castrense nos acogió estupendamente. Doy las gracias a Paco, que siempre está, y este año, el nuevo vicario nos dijo que por qué no lo hacíamos en la Iglesia del Sagrado Corazón las dos hermandades juntas. Y dijimos que sí. Eso es lo histórico: que dos cofradías vayan hacer el Triduo a la vez, juntas, en la Iglesia del Santísimo Cristo de la Paz y nuestra señora de la Soledad.
–La Iglesia de la Purísima Concepción lleva ya un tiempo en obras, ¿cómo afrontan esa situación?
–Para nosotros es muy difícil. Yo de verdad es que tengo miedo. En esta cofradía se le ha dado mucho paso a los jóvenes. Y hay que mantenerlos todo el año haciendo actividades. Pero no solo haciendo cosas, sino que te vean también como ejemplo haciendo nuestras reuniones, nuestras oraciones, nuestras catequesis... Es verdad que en el Sagrado Corazón nos acogen bien, pero no tenemos un lugar físico entonces tengo mucho miedo de que la juventud se vaya enfriando. Necesitamos un sitio, un lugar para poder hacer todo esto.
–¿Cómo podría hacerse?
–Yo sé que hay intenciones y que se está intentando. Respecto a las obras de la iglesia no depende de nosotros. Sí sé que estoy sufriendo mucho porque no tenemos un sitio. Pero bueno, Dios está en todas partes. Si él quiere seguiremos adelante, si no, que se haga su voluntad.
–Esperemos que quiera, ¿no?
–Si no quiere será por algo. Yo siempre digo que no estoy sola. Esto lo oí el otro día en el Pregón de Salva, porque me hizo ilusión y me transportó a otra época. “Yo nunca estoy sola, siempre está Dios conmigo”. De modo que si no tenemos sitio, pues ya vendrá.
–¿Cree que hay un interés por parte de la juventud?
–Sí, aquí se acercan muchos jóvenes. Se intenta eso. Lo primero de todo es que un cristiano tiene que dar testimonio con su vida. En ese sentido estoy tan convencida de que Dios es lo más grande y eso es lo que quiero transmitir. Lo demás todo es muy relativo, pero que te vean como un verdadero cristiano, que no es solamente sacar un paso. Yo siempre les hablo a ellos en este sentido porque es en lo que yo creo.
–¿Hay alguna novedad que loa titulares lleven nueva este año?
–Este año celebramos los 200 años del Cristo del Socorro que tiene una historia muy bonita y que aunque la gente la conozca me gusta contarla. Es un Cristo que nació en Melilla, socorrió a Melilla y por eso también le ponemos la bugambilia morada. Y como es su cumpleaños, una persona de la cofradía, le ha regalado unas potencias nuevas y las va a estrenar. Las potencias las ha realizado Pedro Angulo, un orfebre de Lucenas, en Córdoba, al que solemos encargarle las cosas porque nos gusta mucho cómo trabaja este señor.
–¿Este año hay suficientes personas para llevar los tronos?
–Nosotros tenemos las cuadrillas, que ya están formadas. Son jóvenes aguerridos que se preparan y con mucha fe portan sobre su costal a las imágenes. Pero sí que hacen falta. Tenemos a las chicas jóvenes que portan al Cristo del Socorro. Esta imagen es portada siempre por mujeres. Pero claro, tenemos dos pasos, el Nazareno y el Santo Entierro, que sí necesitan muchas personas. Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todas las personas que quieran llevar sobre sus hombros al Cristo yaciente que se acerque por la Plaza de Toros y nos ayude a que pueda salir a Melilla como se merece. Es un paso muy bonito, al que le tienen mucha fe todos nuestros mayores de Melilla.
–¿Cuántos portadores son?
–Creo que al menos unos 160 hacen falta. Si no se lleva un número suficiente, no se puede salir.
- Para terminar, ¿cuál es el momento más emotivo en Semana Santa?
– Para mí lo más emotivo es vivir con pasión la Semana Santa. Ir al templo, donde se preparan todos cultos y participar, para mí eso es lo más importante. Aunque la misa del sábado por la noche cuando resucita Jesús es un momento de compartir con mis compañeros, con mis amigos y mis personas de la parroquia que me gusta mucho. Son momentos muy bonitos. Con la Cofradía se pasan muchos nervios. A mí me gusta mucho la bajada, cuando hacemos el traslado, cuando estoy sola con las imágenes, cuando te confiesas y le pides que te ayude. Las salidas por ejemplo, no me gustan tanto porque sufro mucho. Estoy nerviosa y siempre pienso en que nadie se haga daño. Yo voy todo el camino rezando por mis niños, que no son míos, pero los siento así. Mi preocupación es esa: que todo el mundo vaya bien.
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