LAS máquinas no han llegado aún al paso fronterizo de Beni Enzar. Los ‘elementos’ y sucesivos impedimentos burocráticos parecen haberse aliado en contra de un proyecto que en las fechas en las que nos encontramos estaba previsto que ya llevara al menos un mes ejecutándose. A pesar de todo, la fecha de finalización sigue siendo antes del inicio de la Operación Paso del Estrecho (OPE). No se ha movido porque la empresa adjudicataria, Acciona, asegura que puede finalizar las obras en cinco meses. Pero continúa pasado el tiempo y esos 150 días del plazo comenzarán a empequeñecerse. De cualquier forma, en el “hipotético caso” de que las máquinas y obreros continúen en Beni Enzar cuando desembarquen los primeros vehículos de marroquíes de vuelta a su país por vacaciones, el delegado del Gobierno aseguró ayer que la frontera estará “100% operativa”.
Si Abdelmalik El Barkani no quiere pillarse los dedos, debería empezar a trabajar seriamente con esa ‘hipótesis’ de la que hablo ayer. La fecha de conclusión es importante, sobre todo cuando se ha insistido reiteradamente en que ésta será antes del paso masivo de vehículos de este verano. De hecho, incluso ahora, cuando los plazos empiezan a ser agobiantes, se mantiene el inicio de la OPE como momento de la finalización del proyecto, aunque al mismo tiempo se empiece a hablar también de ‘hipotéticos casos’.
Si Acciona no puede cumplir con lo prometido o si no termina de superarse la fase del papeleo, el delegado del Gobierno deberá admitir finalmente el ‘fracaso’ de no haber cumplido con la fecha fijada. Es muy probable que no falte gente que se lo eche en cara. Pero nadie recordará esa obra en el futuro por que se inauguró antes o después de la OPE de este año. Lo que verdaderamente sería un ‘fracaso’ imperdonable es que la nueva frontera de Beni Enzar no cumpla con las expectativas que los melillenses hemos depositado en el proyecto. Sería muy difícil encontrar un argumento para justificar una decepción similar, aunque las obras hubieran concluido en la fecha prevista.
El proyecto que previsiblemente se pondrán en breve en marcha debe dotar a Melilla de una infraestructura que será determinante para el futuro de nuestra ciudad. Contar con un paso fronterizo que desatasque el tránsito entre ambos países es vital.
Además de poner continuamente a prueba la paciencia de los melillenses, una frontera como la actual de Beni Enzar ahoga muchas posibilidades de desarrollo a ambos lados de la valla. Por el contrario, un tránsito fluido y seguro abre un amplio abanico de posibilidades para la prosperidad de ambas regiones.
Sin embargo, no hay que olvidar en ningún momento que el principal problema para el entendimiento con nuestros vecinos no es la falta de una infraestructura fronteriza adecuada. Superar esta dificultad es sólo un paso, tal vez el primero, de un camino que alguna vez tenemos que empezar a andar juntos los marroquíes y los habitantes de esta ciudad española en el norte de África.