La UD Melilla se adelantó en el marcador de penalti lanzado por Guille Roldán. Copi estableció el empate desde los once metros al transformar una pena máxima cometida por Mahanan sobre Guerra. La UD Melilla, auténtica bestia negra de la Real Balompédica Linense en el Estadio Municipal, no habiendo perdido en la Línea desde la temporada 1999/2000, logró que los fantasmas locales hicieran acto de presencia en el terreno de juego desde la primera parte del encuentro. En la segunda, los locales mejoraron e igualaron un partido vibrante.
Comenzó dominando el equipo blanquinegro ante un conjunto muy ordenado, el de Juan Moya. Ya en el primer minuto, consiguió Sergio Ortiz la primera ocasión, mandando el balón por encima del travesaño. Formaban los dos equipos un mismo dibujo táctico, pero se imponía el juego de Chema Mato, Chico y Sergio Ortiz.
En pleno dominio de la “Balona”, desde el pico izquierdo del área, Alberto Merino lanzó un durísimo disparo que se marchó lamiendo el palo derecho de la meta de Munir, que solamente pudo seguir la trayectoria del esférico con su mirada. Chota, máximo goleador del equipo de la Ciudad Autónoma, se convirtió en esos momentos en un firme baluarte defensivo. Cuatro faltas lanzadas por el equipo local fueron interceptadas por el veterano jugador.
En el minuto 21, llegó otra ocasión para los locales con el mismo guión. Ahora era Óscar Martín quien mandaba el balón ajustado junto al palo izquierdo. Dos minutos después, una salida de Munir hasta la frontal, hizo que este derribara a Hugo Díaz y que se reclamara el penalti desde las gradas, algo que no entendió el colegiado. Sin embargo, poco después, en una jugada confusa del equipo blanquinegro, cayó Migue Montes y el árbitro sí lo señaló. Lanzado por Guille Roldán, ponía el 0-1 en el marcador.
Tras el gol y hasta el final del primer acto aún hubo dos ocasiones, una para cada equipo, pero el marcador no se movería.
En la segunda parte, la UD Melilla dio un paso atrás, pero sin renunciar a las contras, que se convertían en cuchillos afilados a la espalda de la defensa local. Los linenses llevaban, mientras tanto, la manija del partido. Los primeros minutos del acto solo tuvieron una dirección, pero superar la primera línea defensiva melillense se convertía en una odisea para los de Rafael Escobar. Los visitantes jugaban con mucho orden y su gran repliegue, que les permitía cerrar sus líneas, obstaculizaba, una vez tras otra, las intentonas locales. En el minuto 57, una durísima falta lanzada por Óscar Martín solo permitió a Munir despejar como pudo a córner. Un minuto después, en pleno dominio local, Chema Mato remató, pero su balón de rosca, una vez más rozó la punta de los dedos de Munir y el palo.
Sorprendía en una contra rapidísima el Melilla. El pase de Chota a la espalda de la defensa linense lo remató Sufián, aunque su disparo se marchó desviado cuando los espectadores cerraban los ojos. Mandó en ese momento el técnico local realizar dos cambios para poner más pólvora en ataque y organizó una defensa de tres con Joe, Carlos Guerra y Gallardo como último bastión. Como premio a su valiente apuesta, llegó el penalti que pitaba el colegiado por derribo de Carlos Guerra. Una pena máxima que ofreció las mismas dudas que la visitante. El gol de Copi, recién ingresado, puso la igualada en el marcador. Tras el gol, el técnico local retrasó a Chema Mato para recomponer su zaga de cuatro.
A partir de esos minutos, el partido se volvió loco. Ninguno de los dos equipos renunciaba a la victoria, cada uno con sus armas. Ambas defensas se imponían en un partido de ida y vuelta brillante.
Así, se produjeron numerosas ocasiones en una lucha tremenda y vibrante que los espectadores disfrutaron, una vez más, como suele ocurrir entre estos dos equipos.
A falta de cinco minutos se lesionó Sergio Ortiz, que se mantuvo en el campo, aunque como mera figura decorativa y, con dos córners sobre ambas porterías, se cerró el partido.
La Unión Deportiva Melilla volvió a salir airosa de una nueva visita al Municipal de La Línea de La Concepción donde no pierde desde hace catorce años. Aunque el punto conseguido puede saberle a poco al equipo norteafricano que pudo dejar sentenciado el partido en un a de las pocas ocasiones de gol que disfrutó en la segunda parte cuando todavía gozaba de ventaja en el marcador.
Con la igualada cosechada, la escuadra azulina encadena su tercer empate consecutivo y su cuarta jornada sin conocer la derrota que la mantiene en la zona tranquila de la clasificación con 28 puntos y muy lejos de los puestos de descenso directo, en una jornada donde los equipos de abajo lograron puntuar a excepción del Écija Balompié que sigue ocupando el puesto de ‘farolillo rojo’.
Juan Moya, técnico azulino, recupera para el siguiente partido a los centrocampistas David Vázquez y Nacho Aznar que no pudieron ser de la partida ante la Balona al tener que cumplir un partido de sanción.