La lluvia del fin de semana y el frío que desde hace varios días está instalado en Melilla han hecho que un gran número de voluntarios den la cara por las familias sirias que están acampadas en la plaza de España pidiendo ayuda. Desde el sábado un gran número de melillenses se acercan sobre las ocho de la tarde para convencer a las mujeres de que cojan a lo niños y pasen la noche bajo el techo de la mezquita situada junto al cementerio musulmán. No es fácil que estas mujeres, que han luchado durante meses contra cosas peores que la lluvia, dejen a sus maridos en el campamento. Pero al final los voluntarios les hacen entrar en razón y les convencen de que sus hijos estarán más seguros en la mezquita que pasando toda la noche a la intemperie, porque las tiendas de campaña apenas resguardan del frío intenso y de la humedad de la madrugada.
El portavoz de la Comisión Islámica de Melilla (CIM), Samir Mohamed Tieb, aseguró ayer a El Faro que se trata de una medida puntual, hasta que mejoren las temperaturas y los cielos no se cubran de nubes que amenazan lluvia.
Mohamed Tieb explicó que fueron los voluntarios que desde el primer momento han estado colaborando con estas familias sirias los que propusieron que los niños y las mujeres pasaran la noche en otro lugar resguardados del frío.
El portavoz de la CIM destacó que entre los voluntarios que están en la plaza de España echando una mano hay miembros de esta entidad, así como ciudadanos de otras culturas y religiones. Afirmó que Melilla demuestra con este gesto que es una ciudad generosa y solidaria. Además, resaltó que gran parte de los voluntarios son jóvenes. Asimismo, insistió en que es para estar orgullosos de que los chicos de la ciudad estén tan implicados con estas familias que necesitan del apoyo de los melillenses.
Una ayuda “humilde”
El portavoz de la CIM señaló que la aportación de esta asociación es “humilde”, pero contribuye a que estas personas sigan con su lucha de una forma más llevadera.
Son los voluntarios los que se encargan de recoger a las mujeres y a los niños y de subirlos hasta la mezquita que está junto al cementerio musulmán. Una vez allí, estos melillenses solidarios reparten entre todos sopa caliente o leche y algo más que hayan traído de casa. El objetivo es que tanto los niños como las mujeres se quiten el frío de encima y puedan conciliar el sueño.
Por la mañana también se les ofrece un desayuno con leche y otros alimentos que los voluntarios aportan. Mohamed Tieb afirmó que estos ciudadanos solidarios hacen una labor callada. Resaltó que no desean ningún reconocimiento ni salir en ninguna foto, pues su meta es echar una mano a las familias sirias que se han visto obligadas a salir de su país por culpa de una guerra que no termina y por la que han perdido a familiares, amigos y todas sus posesiones.
Mohamed Tieb insistió en que la cesión de la mezquita para las familias sirias es una medida puntual y que sólo se trata de evitar que los niños duerman al raso en estos días de intenso frío. Además, destacó que toda la ayuda que reciben estos inmigrantes es de voluntarias.